viernes, 6 de noviembre de 2009

Tengo que recuperarla... (Drake)

Estaba desesperado. Pero desesperado de verdad. Nunca supe que era el miedo hasta hoy... si le hacen algo a Claire... me muero, simplemente me muero.
La policía seguía buscándola, pero no la encontraban. Salió en las noticias y todo. Dios mío... sé que está bien, tiene que estarlo. No había podido dormir en toda la noche. Mis padres también tenían miedo de que le pasara algo, incluso Sofí se puso a llorar. Yo también lo haría si no tuviera aguante. Pero igualmente me mandaron al instituto. Cogí la mochila y me fui seguido de Sofí. No paraba de decirme que la encontrarían, pero lo dudaba. La policía apenas encontró algún rastro. Allí, todos lamentaban la pérdida de Claire, y Mike, Alex, Carla, Brian, Jake y John también estaban al borde de la desesperación. Aunque había alguien que no paraba de sonreír, y cómo no, era Nike, y no creo que fuera porque le tocaba de primero Educación Física. Incluso la hermana estaba triste, pero a él se le veía tan feliz... Mmm... Cogí el móvil y lo puse a modo de vibración. Entré en clase, y mientras estaban empezando, me llamaron. Mike, que estaba detrás mía, sentía el pequeño ruido. Levanté la mano y pedí permiso para salir al baño, a lo que me dejaron. Salí y cogí el móvil. Era el de Claire. Aunque sabía que obviamente no era ella. Descolgué.
-¿Ya sabes quién soy? -me preguntó.
-No, no lo sé. Sin embargo... me suena tanto tu voz...
-Bueno, pues cuando lo descubras me avisas, ¿vale? Por cierto, yo que tú tenía cuidado en gimnasia, con la humedad el suelo está resbaladizo.
-¡¿Y a qué puñetas viene eso ahora?! ¡¿Qué me importa a mí una estúpida clase?! ¡¡Dime quién eres de una maldita vez!!
-Ya lo sabrás...
Y colgó. No entiendo, ¿a qué venía eso? Será imbécil... Volví a entrar a clase totalmente cabreado. Mi Claire debe de estar tan sola y asustada... La encontraré.
Al terminar las clases de la mañana, fuimos al comedor.
-Venga, Drake, tienes que comer algo -me dijo Jake preocupado- Venga, que te acompaño.
Me levanté con pesadez, y cogí una manzana. ¿Para qué quería más? Nos volvimos a sentar. Vi a Nike pasar por mi lado con cara sonriente. ¿De qué va? Bah, pasé de él. Después de esto nos tocaba E.Física, y como dijo el del teléfono, estaba resbaladizo. ¿Cómo lo sabía? Cuando terminamos las clases, Sofí y yo volvimos a casa. Estaba muy cansado, pero no quería dormir. Estaba siempre pendiente del teléfono. Aunque al final, me quedé dormido encima de la cama.

Me desperté por la mañana temprano por le ruido del móvil. Lo cogí enseguida.
-¿Todavía no sabes quién...?
-¡¡No!! ¡No lo sé, ¿vale?!
-Vaya, qué pena... tu novia se está poniendo cada vez más pálida... la verdad es que lleva durmiendo todo el día y toda la noche. Desde que la traje aquí, no se ha despertado.
-¡Cómo te atrevas a...!
-Si no te das prisa... -y colgó.
¡La madre que lo...! Vale, vale. Me dí una ducha rápida, me vestí y desayuné. Sofí bajó, desayunó y nos fuimos al instituto. Durante el camino no paraba de mirar el teléfono. Demasiada presión, pero me daba igual.
Mientras estaba en clase y el profesor explicaba, empecé a pensar. Ayer... ayer el secuestrador me dijo que tuviera cuidado en gimnasia porque el suelo estaba resbaladizo... y de hecho lo estaba. Ahora que lo pienso, Nike no paraba de sonreír, mientras los demás estaban entristecidos, y él tuvo clase de E.F a primera hora, cuando me llamó a mitad de ésta... Oh, dios mío.
Me levanté rápidamente de la silla.
-¿Le pasa algo, señor Drake? -me preguntó el profesor- ¿Le parece aburrida mi explicación y necesita...?
No le dejé acabar. Salí de la clase tropezando, pero sin caerme, y me dirigí a la clase dónde se encontraba él. Abrí la puerta, interrumpiendo la clase, y allí estaba, sonriente. Él se levantó y le pidió a la profesora que lo dejara salir, a lo que ésta asintió no muy convencida. Ambos salimos, cerrando la puerta, y le cogí por el cuello de la camisa.
-¿Eres tú, verdad?
-Vaya, qué sagaz. ¿Te costó mucho? Si te lo dejé en bandeja...
-¡¿Dónde está Claire?!
-Aaaa, quién sabe...
Este quería que le golpeara. Es que lo pedía a gritos.
-Vamos a ver, dímelo y no te partiré esa maldita bocaza.
-Vale, te lo digo, peeero... a cambio de algo. -¿eh?
-¿A cambio de...?
-A cambio de que le digas a Claire que ya no la quieres.
Se me cayó el mundo encima.
-¡¡No puedo decirle eso!! ¡¡Ella es lo que más quiero en el mundo!!
-Bueno, entonces... ¿dejarás que se muera de frío?
-¿Que se muera de frío? ¡¿Dónde la dejaste?!
-¿Le dirás que ya no la quieres? -no, no, no, no...
-Si... se lo diré.
-Está bien. Pero dos cosas: una, que no le digas a nadie por supuesto que la rapté yo, y dos, como me mientas, volveré a raptarla y esta vez no tendré prejuicios en acabar con su vida.
-Estás loco -me aparté de él.
-Bueno, la chica me gusta. ¿No dicen que el amor hace hacer locuras?
-No de ese tipo.
-Bueno, ¿entonces se lo dirás?
Me costó muchísimo.
-S...sí... se lo diré...
-Así me gusta. Bien, pues... ¿sabes que casi estamos en invierno y que algunos copos de nieve están cayendo?
-¿A qué viene eso?
-Que como Claire siga tirada y durmiendo en el bosque al lado del gran lago que hay en la ciudad... me parece que algo le va a pasar.
-¡¡¡¿¿¿¿¿Quééééé?????!!!
Varios alumnos y profesores nos encontraron. Se quedaron parados al vernos, y yo me largué corriendo hacia ese bosque. ¡¡Pero será estúpido!! Por favor, que esté bien, por favor, por favor...