Al siguiente día, después de recuperarme, Drake vino como siempre a recogerme, pero... estaba raro. Quiero decir, distante. Y eso me preocupaba. Mientras íbamos caminando hacia el instituto, ni siquiera me miraba. Intenté entablar alguna conversación con él, pero sólo me respondía con monosílabos. En clase de Física y Química, ya que era mi pareja de mesa, lo intenté otra vez.
-Drake... ¿de verdad que estás bien? -le pregunté mientras alzaba una mano para tocarle la mejilla, pero se apartó.
-Sí, tranquila, estoy bien. Es sólo que... no dormí muy bien esta noche. Nada más -se notaba que mentía. Es demasiado honesto como para mentir bien. Siempre rehuía mi mirada.
-Eh... ¿Drake?
-¿Sí? -dijo cansado. Se lo pregunto... ¿o no? ¿Y si me mira mal?
-Nada, olvídalo -se encogió de hombros.
Y esa fue todo el diálogo que hablamos hasta la hora de comer, que no paraba de mirar hacia otro lado. En una ocasión le pillé mirando hacia el chico nuevo, Nike, a lo que éste le sonreía intencionadamente. El resto del grupo también le notaba distante, pero no dijeron nada. Al salir de clase, mientras Sofí y yo le esperábamos, me estuvo hablando.
-Está así desde ayer, y todavía no sé por qué. -me dijo con voz apagada- Cuando volvió a casa, no habló de nada, ni siquiera conmigo. Algo malo le pasa...
-Ya, yo también lo noté, ni siquiera me mira. Y si contesta, son sólo pequeñas frases. Me preocupa mucho.
En ese momento, llegó.
-Venga, vamos. -dijo mirando hacia el suelo mientras caminaba.
Ambas suspiramos y le seguimos. Me acompañaron hasta casa y luego se fueron. No me encontraba de muy buen humor, y al entrar apenas saludé a mis padres. Subí a mi habitación y me acosté en cama, escuchando música.
¿Pero qué le pasa? Él me había salvado... ¿Será por eso? No, qué estúpida, ¿cómo va a ser por salvarme? Quizá... Ayer me dijo que me amaba muchísimo, ¿por qué lo haría si yo eso ya lo sabía? Pero lo dijo con tanto cariño... como si fuera la última vez que me lo iba a decir. Mañana se lo preguntaré sin falta, superaré el miedo.