Por la mañana me esperaba Drake como siempre en la puerta. Y yo como siempre di un salto desde la puerta hacia él para darle un beso. De verdad que no podía querer a otro en toda mi vida. Al llegar al instituto, tuvimos que separarnos ya que nos tocaban diferentes clases, para nuestra desgracia. De todos modos, en la última clase estaríamos juntos. Al entrar, vi a aquel chico que intentó besarme el otro día, y quise pasar de él, pero el único sitio libre que quedaba era en su lado. Genial. Menuda clase que voy a tener ahora. Me acerqué y me senté, pero sin mirar hacia él.
-Oye... Claire, venga, perdóname. -me dijo como quién no quiere la cosa.
-¿Perdonarte? ¿Perdonarte por qué? ¡Casi haces que Drake se enfadara conmigo! Menos mal que él es tan bueno...
-Buah, ¿bueno él? ¡Si casi me revienta la cara de un golpe!
-Porque te lo merecías. Así que déjame en paz.
-Pero venga... yo soy mejor que él y lo sabes.
-No. Además, aunque se me aparecieran aquí delante todos los famosos más guapos del mundo, yo sólo me lanzaría a por él.
Chasqueó la lengua.
-Vaaale, ¿pero al menos somos amigos? -le miré con el ceño fruncido- Te lo prometo, no pasaré de ahí. Sólo amigos, de verdad.
Suspiré, si hacía falta, estaría suplicándome toda la mañana.
-Vale, pero sólo amigos.
-Bien -asintió mientras sonreía.
En el recreo volví a guiarle por el instituto para que no se le olvidara el recorrido, y esta vez fue fiel a su palabra: sólo amigos. Menudo alivio.
Terminaron todas las clases menos la última, que era dónde me sentaba con mi Drake. Entré, y él ya estaba allí esperándome. Me encantaba que estuviera pendiente de mí. Me senté.
-Hola, cielo, ¿todo va bien?
-Si, por supuesto -le di un beso.
Miré hacia la derecha, dónde estaba la otra fila, y me fijé que Emma, la hermana de Nike, no paraba de mirar a Drake soñolienta, como si estuviera fantaseando con él. Vale, sí, los celos me recorrieron por todo el cuerpo. Y aún por encima él era el que la guiaba por el instituto. La fulminé con la mirada. Emma se dio cuenta, se ruborizó totalmente y miró hacia el profesor, que estaba explicando. Suspiré. ¿Quién lo iba a decir?
-Cariño, ¿qué te parece si quedamos hoy por la tarde?
-Claro que sí, con tal de estar a tu lado lo que sea. -me dio un beso en la mejilla.
-Entonces... ¿qué te parece a las siete? ¿Quieres que vaya a tu casa?
-No, no, tranquilo, ya iré yo a la tuya.
-¿Estás segura? No sé si...
-Te preocupas demasiado. ¿Qué es lo peor que me pueda pasar? -no parecía muy convencido, pero asintió. Me giré hacia Emma otra vez, y parecía que escuchaba atentamente...
Cuando terminamos la clase, todos nos fuimos a casa. Yo con Drake, por supuesto. En el camino, habló.
-Me encanta cuando te pones celosa y piensas en matar a las que me miran.
Fruncí los labios. Era natural, ¿no?
-Así que... te diste cuenta, ¿eh?
-Como para no darme cuenta -puso sus manos en los bolsillos del pantalón- Hasta creo que toda la clase e incluso el profesor se fijaron.
-Esa tal Emma no me inspira confianza.
-Ni Nike a mí, pero oye, qué quieres que le haga. Porque confío totalmente en ti, sino no te dejaba sola en ningún momento. -le sonreí.
-Gracias. -me devolvió la sonrisa.
Al llegar a casa, Drake me besó y se fue mientras se despedía. Entré, hice los deberes, me vestí, y avisé a mis padres que me iba a ir con Drake.
-¿Pero vas a ir tú sola hasta allí?
-Si, ¿por qué no? Papá, ya he ido más veces...
-Bueno... está bien. Entonces hasta después -me sonrieron.
Salí de casa, y me dirigí hacia la casa de Drake. Estaba algo lejos, y era ya algo tarde, pero fui tranquilamente. A medio camino, los coches ya se iban acabando por la carretera. De repente, en el otro extremo, apareció un coche que vagamente conocía o ya había visto en otro lugar... pero no recordaba. Se paró al lado de la acera, y dos chicos salieron de él, se acercaron a mí y me metieron dentro, aunque difícilmente, ya que yo no paraba de patear y chillar. ¡¿Quienes eran?! ¡¿Y qué querían de mí?! ¡Estaba siendo secuestrada! Me pusieron un pañuelo delante de la cara, respiré y me entró sueño, mucho sueño. No pude evitar dormirme.