Corrí los más rápido que pude. Aunque hiciera frío, que yo estuviera congelado y que el suelo estaba resbaladizo, no me iba a detener. Podía oír los gritos de los profesores y de los alumnos llamarme, pero no les hice caso. Yo sólo podía pensar en ella. Y no paraba de repetirme que por favor estuviera bien... Pasé por varias casas, hasta llegar a la entrada del bosque. Casi me caigo varias veces por culpa de las hojas mojadas, pero llegué hasta el corazón del bosque. Me paré para buscar bien. Miré a los lados, y encontré una figura tumbada en el suelo, totalmente pálida, e inconsciente. Me estremecí por los nervios y corrí hacia ella. Era Claire. La felicidad que me embargó en ese momento... pero primero tenía que ver si estaba bien. Me arrodillé y la cogí en brazos como un bebé. Estaba congelada, y apenas podía respirar bien a causa del frío. Puse una mano en su mejilla.
-¡¡Claire!! ¡¡Claire, por favor, despierta!! Claire, por favor, por favor, despierta... por favor...
La apreté contra mí. Estaba a punto de desesperarme cuando abrió los ojos despacio, los tenía llorosos, y yo también.
-Drake... ¿eres tú? -dijo con un hilo de voz.
-¡Claire! ¡Sí, mi niña, soy yo! -me saqué mi chaqueta y la tapé con ella, pero Claire negaba con la cabeza y la apartaba.
-No... si no pasarás frío tú...
-Me da igual. Venga, déjame taparte, estás congelada. -me senté, le puse la chaqueta a la fuerza, ya que ella se negaba, y la apreté otra vez contra mí. Le dí un beso en la frente mientras la acunaba.
-Drake...
-Dime, amor.
-¿Dónde estamos? ¿Y qué me pasó? -no paraba de mirarme a los ojos, a lo que sonreí.
Tenía que mantenerla despierta.
-Estamos en el bosque, y te raptaron, pero pude encontrarte. Ni te imaginas como están tus padres, y la policía todavía te está buscando. Ya verás qué contentos se pondrán tus padres...
-Sí, me... me lo imagino.
Se irguió un poco y me dio un beso en la mejilla. Le sonreí.
-Amor... casi te pierdo... cuando el otro día no venías a casa, me empecé a preocupar, pero pensaba que quizá sólo te olvidaras.
-Nunca, nunca en la vida, podría olvidar el momento en el que puedo estar contigo...
-Pues me diste un susto de muerte. Nunca tuve más miedo en toda mi vida... porque si te hubieran hecho algo, yo... pensé que te había perdido. -suspiré. Ella me miró con ternura- ¿Estás mejor?
-Sí, la verdad es que sí.
-Pues venga, volvemos a casa. -me levanté con ella todavía en brazos.
No pensaba soltarla en ningún momento. Empecé a caminar por dónde había venido, pisando con cuidado para no caerme con ella.
-No hace falta que me llev...
-Sí, sí que hace falta, además porque quiero tenerte segura en mis brazos, así que no insistas.
Suspiró derrotada. Después de un largo camino, salimos del bosque y fuimos por la acera. También fui con cuidado por la acera. Por si acaso. Cuando llegamos a su casa, peté en la puerta. Estaba rodeada de coches de policías. Me abrió uno. Me reconoció al instante, y cuando bajó la vista hacia Claire, abrió mucho los ojos.
-¡¿Es...?!
-Sí, por favor, ¿dónde están sus padres?
-Sí, aquí. ¡Ven, rápido! -ambos entramos y me llevó junto a ellos.
Los padres estaban llorando en el salón, sentados en el sofá. Carraspeé. Se voltearon a verme.
-La encontré -dije aliviado.
Se levantaron vacilantes, y al verla corrieron hacia aquí.
-¡¡¡Claire!!! ¡¡¡Cariño!!! -se la tendí, pero Claire se aferró a mí, sin querer soltarme. Ellos se quedaron entristecidos. La volví a apretar contra mí.
-Claire... tus padres quieren estar contigo. Venga... -le susurré al oído.
-Pero yo quiero estar contigo...
-Primero quédate con tus padres ahora, y luego te acompaño a tu habitación. ¿De acuerdo?
-De... acuerdo -dijo sin parar de mirarme.
La puse en el suelo, cogiendo mi abrigo y se fue hacia ellos. Los padres ahora lloraban de felicidad.
-Claire, cielo... temíamos que te pasara algo... -dijo su madre.
El padre se dirigió a mí, pero sin soltarla.
-Gracias Drake, de verdad... ¿Dónde la encontraste?
-Estaba en el bosque, totalmente congelada. Pero... ahora está bien.
Me sonrieron, les dieron las gracias a los policías mientras se iban y yo miré mi móvil. Tenía un mensaje.
Te doy hasta pasado mañana para que se lo digas. Buena suerte. Si no ya sabes lo que le pasará...
Respiré hondo, y lo guardé otra vez. Claire miró hacia mí y vino, abrazándome. Yo también la abracé, y me quedé pensativo mientras le besaba el pelo. Hasta pasado mañana...
-¿Os importa que la acompañe hasta su habitación? Necesita descansar.
-Por supuesto Drake. Ve.
Asentí con la cabeza, le cogí de la mano a Claire y subimos allí. Le destapé la colcha y se subió a la cama. La tapé, y me senté a su lado.
-Te quiero mucho, Drake.
Esas cuatro palabras fueron las peores que podía haber dicho en ese momento. Me produjo un enorme dolor. Ella lo notó, supongo que por mi expresión.
-¿Ocurre algo?
-No, vida mía, no pasa... no pasa nada. Yo también te quiero mucho, amor.
Me acerqué a ella y le dí un beso en los labios. Dios... no quería... no quería dejarla ir... Quería que fuera mía para siempre... y pensar que se iba a acabar pasado mañana... Pues... ya que dentro de poco ya no estaríamos juntos, por lo menos tenía que saber cuánto la amaba.
-¿Seguro que no te pasa nada? -se estaba preocupando.
-Claire, mi vida, no me pasa nada, sólo quiero decirte que te amo tanto como puedo, de verdad. Te amo con todo mi cuerpo, mente y alma, y que mi corazón siempre, siempre será tuyo... aunque algún día pase algo malo, siempre me tendrás a tu lado, y que nunca podré... podré amar a otra como te amo a ti...
Se quedó a cuadros. Vale, no suelo decir esas cursiladas, pero en ese momento eran cruciales. Se incorporó y me puso una mano en la mejilla.
-Drake, yo también siento lo mismo, en serio, ¿pero me estás diciendo la verdad? ¿No ocurre nada?
-Nada -dije con voz ahogada, aunque intentaba disimularlo, parece que sin mucho éxito- No pasa nada. Venga, ahora duerme.
Me miró no muy convencida, pero se volvió a recostar y se durmió cogida de mi mano.