No podía ser. Yo todavía no podía aceptarlo. ¡Se había ido! No... no puedo creerlo...
Me levanté por la mañana sin ninguna gana, y ni desayuné. Cuando íbamos al colegio Sofí y yo, ella me miraba preocupada, pero sin embargo no se atrevía a hablar, ni yo tampoco estaba para eso. Y mis padres también estaban preocupados. Mi padre me miraba con tristeza en los ojos, y mi madre igual, pero a diferencia de él, ella sabía por qué. Cuando Sofí y yo llegamos al colegio, mi grupo me miró y vinieron hacia mi, también cabizbajos.
-Drake, ¿estás... bien? -me preguntó John.
-...
-Bueno, entiendo que no quieras hablar... -me puso una mano en el hombro, pero la apartó enseguida al ver mi expresión.
-Venga, solo era un rollete de unas semanas, hay muchas más. Y aún por encima mejores. No sé por qué la querías, que conste que es muy guapa, pero del tipo de que te enrollas con ella dos días y luego la dejas tirada.-dijo Jake.
Todos le miraron furiosos. Alcé la mirada y el sonrió burlonamente como un idiota, y al no aguantar más, me lancé a por él. Primero le di un puñetazo en el estómago y luego en la cara. Ambos nos caímos al suelo y empezamos a pelearnos. Todos los chicos y chicas que estaban en el patio hicieron un círculo a nuestro alrededor mientras gritaban.
-¡Pelea! -decían los chicos, las chicas se limitaban a decir nuestro nombre cada vez que le pegábamos uno al otro.
Giré la cabeza y vi que mi hermana se dirigía hacia aquí, y al ver que el de la pelea era yo me miró horrorizada, sus amigos también.
-¡Drake! ¡Pero qué haces! ¡Deja de pelear! -decía entre sollozos.
No podía verla así, pero después de lo que este imbécil dijo de Claire, se lo merecía. Jake ya estaba medio inconsciente, pero para rematar le di un último puñetazo en el ojo. Todos gritaron mientras aplaudían. Me levanté, me pasé la mano por los labios, ya que la boca me tenía un sabor horroroso, y me fijé que era sangre. Pero me daba igual, él estaba peor. Sofí, Mike, John y Brian vinieron hacia mi. Ésta me abrazó, aunque me dolía todo, y los tres me agarraron y me dieron palmaditas en la espalda, que también me dolía. De repente se oyen varios pasos detrás de todo el bullicio. Los alumnos se apartaban a un lado asustados. Era el director con unos cuantos profesores.
-¡¿Qué pasa aquí?! -dijo éste mientras Jake se levantaba con dificultad. Al mirarnos se quedó congelado.- ¡¿Qué significa esto?!
-¡Ha sido él! -gritó Jake- Yo estaba hablando con unos amigos y él me atacó sin ninguna razón...
Alex y Carla se quedaron estupefactas, y Mike, John y Brian le fulminaban con la mirada mientras apretaban muy fuerte los puños. A mi ya me daba igual. ¿Para qué? Total, es su palabra contra la mía. Además ya había recibido lo que se merecía. El director y los profesores miraron hacia mi con gran enfado. Yo no dije nada. Éste chasqueó la lengua y se cruzó de brazos.
-Bien, ir los dos a enfermería. Drake, tú y yo hablaremos cuando la enfermera termine. Ven después a mi despacho y ya veré que hago contigo. ¡Todo el mundo a dentro! ¡Ahora! -dicho esto los profesores se dieron la vuelta y entraron. Jake y yo fuimos hasta la enfermería, y la enfermera al vernos se quedó estupefacta.
-¡Oh, dios mío! Me acaba de decir el director que ibais a venir, pero... no pensé que fuera tan grave. Esperad aquí por favor, esto es más grave de lo que imaginé. -a continuación se fue.
Jake y yo nos quedamos solos.
-Bueno, espero que disfrutaras. Ahora por tu culpa estamos aquí. Te has metido en un buen lío. -dijo como si estuviera orgulloso.
-Cállate, maldito traidor asqueroso. -dije mirando hacia otro lado.
-¿Traidor? Que yo sepa tú y yo no éramos amigos.
-No, pero Claire y tú si. -bufó.
-Buah, no es para tanto.
-Te voy a decir una cosa -dije entrecerrando los ojos- Me das asco.
-¿Cómo te atreves, maldito hijo de...? -y se me lanzó encima.
Ambos nos caímos y empezamos a pelear otra vez. Nos dimos bastantes golpes y puñetazos, hasta que vino la enfermera acompañada del director y un teléfono en la mano. Éstes al vernos pelear vinieron rápido. La enfermera me agarró a mi y el director a él. Yo escupía sangre y me costaba respirar, pero no era el único. Jake tampoco podía con él mismo, y ambos nos dejamos.
-¡¡Pero qué es esto!! ¡¡Maldita sea, dejad de pelear!! ¡¡La enfermera os deja cinco minutos a solas y ya os volvéis a pelear!! -por los gritos, las puertas de las clases se abrieron y bastantes alumnos se pusieron en la puerta a fisgonear.
Jake y yo estuvimos a punto de desmayarnos, pero aguantamos. No iba a dejarle creer que yo era débil, y parecía que él también pensaba lo mismo. Los dos nos soltaron y caímos de rodillas en el suelo. Yo intentaba respirar, pero era muy difícil. No podía más.
-La ambulancia ya viene hacia aquí. -dijo la enfermera.
-Vale. ¡Bien, todo el mundo que prosiga con sus clases! -los alumnos decepcionados volvieron a sus clases. Yo me caí al suelo y cerré los ojos, y Jake se desmayó por el dolor.
-¡Oh, se desmayaron! -de repente escuché la sirena de la ambulancia. Luego ya no recuerdo nada más.