Una semana. Una maldita semana sin poder verla y desde que se fue a otro instituto. No lo soporto más.
Al despertarme por la mañana pensé en eso. Tenía un gran dolor en el pecho que me consumía poco a poco. Tengo que verla. ¿Pero cómo? Me levanté, me vestí, terminé de desayunar y me fui al colegio seguido de Sofí. Estaba preocupada.
-Drake...
-¿Qué quieres? -últimamente estaba más brusco con todo el mundo, hasta yo lo notaba, pero no puedo remediarlo.
-Ehh... nada. Olvídalo. -ni siquiera la miré. Llegamos al instituto y cada uno se fue con su grupo. Al llegar me saludaron.
-¡Hola, Drake!
-Hooolaa, ¿qué tal Drake? ¿Te encuentras bien? -me restregó Jake por la cara. Alex le dio un gran codazo en el costado enfadada- ¡Ay! Vale, ya paro... -yo miré a otro lado. No estaba para bromas, ni siquiera para tomarle el pelo al memo este. De repente sonó la campana de entrar.
En clase, no podía parar de pensar en Claire... Hasta el profesor de matemáticas me llamó la atención más de una vez, pero yo pasaba. En clase de física y química me pusieron a otra chica que no paraba de echarme miraditas y reírse como una estúpida. Nos sentamos.
-¡Hola, Drake! ¿Qué tal estás hoy? Bueno, tan guapo como siempre... ¡Oh! ¿He dicho yo eso? ¡Qué vergüenza! -se sonrojó y miró hacia otro lado. Pasé de ella. Bueno, ¿como podría ir a ver a Claire sin que se enteraran? Mmm... Tengo una idea... Levanté la mano.
-¿Si, Drake? -me preguntó al profesor.
-Verá... me duele el estómago, ¿podría ir a enfermería? -vaciló un momento, pero luego asintió.
-Bueno, venga, pero ven rápido. -yo asentí. Me dirigí a la puerta, la cerré y me fui corriendo del colegio. Sé perfectamente dónde está el instituto al que va Claire, así que no hay problema. Mientras corría hacia allí, estaba pensando... ¿como les voy a explicar a mis padres que me fui? Bueno, ya lo pensaría. Al final llegué hasta allí, y en la entrada del colegio me apoyé en la pared. Estaba muy, muy cansado, pero ya estaba aquí. ¿Y qué le iba a decir? Ay, maldita sea... Da igual, ya me las arreglaría. Entré en el recinto y me fui al mostrador. Detrás había una señora que apuntaba algo, pero cuando me vio dejó el boli y me sonrió, pero luego se le fue la sonrisa.
-¡Chico! ¿Estás bien? Estás completamente rojo... -me dijo preocupada.
-Por... favor... ¿me puede decir el aula... de...? -le dije entre jadeos. Espera... ¿como me iba a poder decir...?
-¿Si?
-Esto... olvídelo. Tengo que ir a... buscar a una... chica, así que me... voy a buscarla. Chao.
-Oh, bueno... Pues chao... -me fui de allí otra vez corriendo, aunque ya no podía más. Peté en la primera aula, y me abrió una chica que al verme se sonrojó.
-¿Ho-ho-hola? ¿Quién...? -me preguntó sin parar de mirame a los ojos.
-¿Está aquí Claire?
-No, lo siento... -me largué ya a la segunda aula.
Peté, y me abrió esta vez un profesor, sorprendido por no verme antes.
-¿Si? ¿Puedo ayud...? -le interrumpí.
-¿Está aquí una chica llamada Claire?
-No...
-¿Puedo saber en que clase está?
-Si, en aquella -señaló la sexta aula. Yo asentí y me fui. Me dirigí hasta esa clase, pero me quedé pensativo antes de petar. ¿Qué pensaría al verme aquí? ¿Y si piensa que la dejé porque ya no la amaba? Puff... Bueno, ya que estoy aquí no tiraré todo por la borda. Suspiré profundamente y peté.