*Antes de nada, Lina, es que la historia la tengo ya escrita, por eso no puedo cambiarlo hacia la perspectiva de uno u otro, pero te diré que dentro de dos capítulos, la entrada será desde el punto de vista de Jack ;D
El fantasma lanzó un grito increíblemente dañino para mis oídos y los de Jack, que se los tapó.
Y la niña desapareció como por arte de magia.
Me levanté rápidamente, y Jack vino hacia mí. Me puso las manos en los hombros.
-¡¿Estás bien?! ¡¿Te ha hecho daño?! ¡Si te lo ha hecho, dímelo!
Me aparté. Me estaba agobiando.
-¡Sí, estoy bien! ¡Perfectamente! ¡Tranquilízate!
Se calló. Pero su boca formaba una fina línea, tenía el ceño fruncido y la mandíbula apretada.
-¡¿Pero tú en qué puñetas estabas pensando?! ¡¿Esto es lo que hacías todas las noches?! ¡¿Salir a jugar con unos fantasmas que querían raptarte?!
-¡Pues no! No todos los fantasmas eran malos. ¡Había uno que…!
Tragué saliva. Jack apretó los puños fuertemente, notándosele las venas de los brazos.
Y yo estaba completa e irrevocablemente acojonada. Más que cuando me encontré con las gemelas en el pasillo oscuro del internado.
-Ah, así que es verdad. Ya los habías visto antes. Y, debo suponer por supuesto, que eras tú la que hacía los ruidos por la noche. ¡¿Pero no te das cuenta de que te pueden castigar y expulsar?!
-¡Si me expulsan al menos podré largarme de aquí!
-No. Ni de coña. Si te expulsan te mandarán a un correccional o como mínimo al internado de la Antártida. Y te aseguro que no te lo vas a pasar bien allí.
-Peor que tenerte a ti como guardián no puede ser. ¡Eres como un maldito grano en el culo! ¡Déjame en paz! ¿¡Por qué no vas a proteger al ángel del espacio?!
-¡Ojalá pudiera, pero está en otro continente! ¡Al menos él no sería un estúpido quejica como tú!
-¡Oh, claro, ya entiendo! ¡Como él es el bueno, le damos todos los caprichos y todos le queremos, ¿verdad?! ¡Pero como yo soy la mala de la peli, pues siempre recibo las malditas broncas!
-¡No se podía esperar nada más de un ángel caído!
Ambos nos quedamos mudos. ¿Qué yo era QUÉ?
Sentía como palidecía rápidamente, y unos escalofríos me entraron por la espalda. Y no era precisamente del frío.
-¿Per… perdona?
-Nada. No he dicho nada.
-Repítelo.
-No. Esto es ridículo. –Miró a la alumna muerta, y frunció el ceño, suspirando-. Mierda, una alumna asesinada por una niña transparente.
-¿Acaso no te importa?
-No puedo permitirme el lujo de preocuparme por cada bicho andante que veo, y menos de la gente a la que veo siempre. Avisaré al director.
Me cogió del brazo, pero yo me lo sacudí de encima. Ambos hicimos una mueca y subimos al colegio. Yo delante, para que él me mantuviera vigilada. De todos modos, ya no me apetecía hacer nada. Me acompañó a mi habitación, luego se fue. Yo me acosté en cama, pero sufriendo por conciliar el sueño.
viernes, 30 de julio de 2010
miércoles, 28 de julio de 2010
Capítulo 15
A medianoche, lo mismo. Algo me llamaba. Miré el reloj. Las 00.00. Qué raro. Miré a Vicky, que dormía plácidamente. Me levanté de la cama, me puse las zapatillas y salí al pasillo, como las anteriores noches. Esta vez el fantasma era una niña pequeña, de unos seis años, que me sonreía y me indicaba con la mano que la siguiera.
Me encogí de hombros, me saqué las zapatillas y me puse unos tenis y una chaqueta y la seguí.
Bajé las escaleras, el fantasma se volvió un momento para asegurarse de que la seguía y traspasó la puerta principal. La abrí, y salí afuera.
Hacía mucho frío, pero que mucho. Me subí la cremallera hasta arriba, metí las manos en los bolsillos y empecé a caminar.
Bajamos la pequeña colina hasta llegar al muro que rodeaba el castillo, y el fantasma se paró, volviéndose hacia mí.
-¿Te quedan fuerzas? –preguntó con una voz como si estuviera hablando por un micrófono.
-No. Por culpa tuya y tus amiguitos tengo sueño.
-No, no esa fuerza. Si te queda fuerza para controlar el tiempo. Me han dicho que eres capaz de congelar el planeta, o hacer inmortal a una persona. Incluso viajar en el tiempo. Tienes el poder de destrucción, Alex.
-¿De destrucción?
-Sí. Tu opuesto, el ángel del espacio, tiene el poder de salvarlo, pero tú eres todo lo contrario. Y eso es lo que queremos.
-¿Per… perdona?
Me cogió de la mano y me llevó hasta detrás del árbol. Me sorprendió que pudiera tocarme. Y apareció la peor imagen que podía haber visto en toda mi vida.
Era una alumna. No estaba segura de quién era, pero tenía sus alas blancas de ángel estiradas, en el suelo, manchadas de su propia sangre, que salpicaba la hierba bañada por la luz de la luna. Y los ojos azules abiertos, sin vida.
Empecé a sudar, temblar y retroceder. Pero la niña me lo impidió.
-Vamos, bebe, sé que lo estás deseando.
Respiré hondo, y un impulso me hizo avanzar un paso. Ahora sé lo que sienten los vampiros cuando tienen sed. Y es horrible. Pobrecillos.
Me coloqué a su lado, me arrodillé y tragué saliva. El fantasma se acercó a mí y me acarició el pelo suavemente.
-Vamos, vamos.
Miraba nerviosa detrás de mí muy a menudo. ¿De qué tenía miedo?
Al final me rendí. Me agaché, cogí la muñeca de la chica ya muerta y me dispuse a morderle cuando una voz me interrumpió:
-¡Alex, no lo hagas!
Dejé caer la muñeca al suelo, y me volví. Jack.
Me encogí de hombros, me saqué las zapatillas y me puse unos tenis y una chaqueta y la seguí.
Bajé las escaleras, el fantasma se volvió un momento para asegurarse de que la seguía y traspasó la puerta principal. La abrí, y salí afuera.
Hacía mucho frío, pero que mucho. Me subí la cremallera hasta arriba, metí las manos en los bolsillos y empecé a caminar.
Bajamos la pequeña colina hasta llegar al muro que rodeaba el castillo, y el fantasma se paró, volviéndose hacia mí.
-¿Te quedan fuerzas? –preguntó con una voz como si estuviera hablando por un micrófono.
-No. Por culpa tuya y tus amiguitos tengo sueño.
-No, no esa fuerza. Si te queda fuerza para controlar el tiempo. Me han dicho que eres capaz de congelar el planeta, o hacer inmortal a una persona. Incluso viajar en el tiempo. Tienes el poder de destrucción, Alex.
-¿De destrucción?
-Sí. Tu opuesto, el ángel del espacio, tiene el poder de salvarlo, pero tú eres todo lo contrario. Y eso es lo que queremos.
-¿Per… perdona?
Me cogió de la mano y me llevó hasta detrás del árbol. Me sorprendió que pudiera tocarme. Y apareció la peor imagen que podía haber visto en toda mi vida.
Era una alumna. No estaba segura de quién era, pero tenía sus alas blancas de ángel estiradas, en el suelo, manchadas de su propia sangre, que salpicaba la hierba bañada por la luz de la luna. Y los ojos azules abiertos, sin vida.
Empecé a sudar, temblar y retroceder. Pero la niña me lo impidió.
-Vamos, bebe, sé que lo estás deseando.
Respiré hondo, y un impulso me hizo avanzar un paso. Ahora sé lo que sienten los vampiros cuando tienen sed. Y es horrible. Pobrecillos.
Me coloqué a su lado, me arrodillé y tragué saliva. El fantasma se acercó a mí y me acarició el pelo suavemente.
-Vamos, vamos.
Miraba nerviosa detrás de mí muy a menudo. ¿De qué tenía miedo?
Al final me rendí. Me agaché, cogí la muñeca de la chica ya muerta y me dispuse a morderle cuando una voz me interrumpió:
-¡Alex, no lo hagas!
Dejé caer la muñeca al suelo, y me volví. Jack.
viernes, 23 de julio de 2010
Capítulo 14
Al salir de clase me tocaba otra vez entrenamiento. Quedé con Jack y los demás guardianes y ángeles en el pabellón, y estaba todo igual que ayer. Pero esta vez ni siquiera me había fijado en los músculos de los guardianes.
Lo único que quería era tirarme en el suelo y cerrar los ojos, pero Jack no me lo iba a poner tan fácil.
Como ayer, acabé en el suelo, pero en vez de volver a intentarlo, me quedé tirada allí. Rodé de costado y cerré los ojos.
Pero el pesado de Jack me daba en el hombro para que me levantase.
Abrí los ojos, fruncí el ceño y me volví hacia él. Estaba acuclillado, con los codos apoyados en las rodillas y las manos colgando.
-¿Qué quieres?
-¿Cómo que qué quiero? Que entrenes. Pero tú no te esfuerzas –alargó la mano y me cogió las mejillas con los dedos-. ¿Y qué te pasa en la cara? ¿Tú duermes bien?
Le aparté la mano y me incorporé.
-Sí, duermo… perfectamente.
-No lo parece.
-Ya, pero sí que duermo. ¡Y no me estreses más, que ya tengo demasiado trabajo!
-Y esos cambios de humor. ¿Qué ocurre? ¿No quieres contármelo?
Se sentó a mi lado mirando hacia mí, con las rodillas flexionadas.
-No tengo nada que contar.
-Alex, soy tu guardián. Casi tu tutor, y mi obligación es resolver tus problemas y cuidar de ti.
Suspiré, y me levanté.
-Tengo sueño, me voy a dormir.
-Son las siete de la tarde.
-Lo sé.
-Pero no has comido nada en todo el día.
-También lo sé.
Y me fui, dejándole con la palabra en la boca.
Subí hasta mi habitación y me tiré encima de la cama, calzada y todo, y por fin cerré los ojos.
Pero cómo no, hubo más interrupciones. Vicky apareció corriendo por la puerta.
-Alex, ¡levanta! ¡El director ha convocado a todo el colegio!
Me reincorporé.
-Está bien… Ahora voy…
-¡Venga!
Me cogió de la mano y me arrastró escaleras abajo hasta el comedor.
¿Había dicho que el comedor se parecía al del castillo de Hogwarts?
¿No? Pues… sí, se le parece. Excepto que no hay cosas flotando ni nada de eso.
El director se colocó en el extremo de todo, avistando a cada alumno, uno por uno, en el medio. Los guardianes se habían colocado detrás de él, con las manos detrás de la espalda.
-Bien, quería avisaros de que por las noches está prohibido salir de sus respectivas habitaciones. Y os preguntaréis el porqué. Bien. He recibido notificaciones y quejas de ruidos en los pasillos, voces y, sobre todo, fantasmas.
Eso llamó mi atención, pero sólo la mitad. La otra la puse en el sueño que tenía y en lo bien que estaría en mi habitación durmiendo.
-No sé quién o qué es, pero si alguien está haciendo alguna broma pesada, y espero por su bien que no sea así, será severamente castigado, y si llega a grandes extremos, deberemos expulsarlo.
Tragué saliva. La causante era yo. Bueno, no de todo, pero lo de las voces y ruidos…
Me encogí en mi asiento, y me froté los ojos. Miré a Jack, a la derecha del director, que no me quitaba ojo. Le sonreí levemente y volví a poner atención en lo que decía el director.
-Normalmente los fantasmas no suelen entrar en este tipo de castillos. Y no tendrían por qué hacernos daño, ya que sólo están enemistados con los vampiros, pero si a alguien le pasase algo, me gustaría que me lo comunicase enseguida. Muchas gracias. Podéis volver a vuestras respectivas habitaciones.
¡¡Por fin!!
Me levanté antes que los demás y salí por la puerta. Subí las escaleras, me puse el pijama y me eché en la cama.
(J)Alex últimamente estaba de lo más rara. Y la escena del comedor para demostrarlo. Aunque no paraba de mirarla durante toda la charla, me daba la impresión de que apenas podía mantenerse sentada.
Y hoy descubriría qué esconde.
Lo único que quería era tirarme en el suelo y cerrar los ojos, pero Jack no me lo iba a poner tan fácil.
Como ayer, acabé en el suelo, pero en vez de volver a intentarlo, me quedé tirada allí. Rodé de costado y cerré los ojos.
Pero el pesado de Jack me daba en el hombro para que me levantase.
Abrí los ojos, fruncí el ceño y me volví hacia él. Estaba acuclillado, con los codos apoyados en las rodillas y las manos colgando.
-¿Qué quieres?
-¿Cómo que qué quiero? Que entrenes. Pero tú no te esfuerzas –alargó la mano y me cogió las mejillas con los dedos-. ¿Y qué te pasa en la cara? ¿Tú duermes bien?
Le aparté la mano y me incorporé.
-Sí, duermo… perfectamente.
-No lo parece.
-Ya, pero sí que duermo. ¡Y no me estreses más, que ya tengo demasiado trabajo!
-Y esos cambios de humor. ¿Qué ocurre? ¿No quieres contármelo?
Se sentó a mi lado mirando hacia mí, con las rodillas flexionadas.
-No tengo nada que contar.
-Alex, soy tu guardián. Casi tu tutor, y mi obligación es resolver tus problemas y cuidar de ti.
Suspiré, y me levanté.
-Tengo sueño, me voy a dormir.
-Son las siete de la tarde.
-Lo sé.
-Pero no has comido nada en todo el día.
-También lo sé.
Y me fui, dejándole con la palabra en la boca.
Subí hasta mi habitación y me tiré encima de la cama, calzada y todo, y por fin cerré los ojos.
Pero cómo no, hubo más interrupciones. Vicky apareció corriendo por la puerta.
-Alex, ¡levanta! ¡El director ha convocado a todo el colegio!
Me reincorporé.
-Está bien… Ahora voy…
-¡Venga!
Me cogió de la mano y me arrastró escaleras abajo hasta el comedor.
¿Había dicho que el comedor se parecía al del castillo de Hogwarts?
¿No? Pues… sí, se le parece. Excepto que no hay cosas flotando ni nada de eso.
El director se colocó en el extremo de todo, avistando a cada alumno, uno por uno, en el medio. Los guardianes se habían colocado detrás de él, con las manos detrás de la espalda.
-Bien, quería avisaros de que por las noches está prohibido salir de sus respectivas habitaciones. Y os preguntaréis el porqué. Bien. He recibido notificaciones y quejas de ruidos en los pasillos, voces y, sobre todo, fantasmas.
Eso llamó mi atención, pero sólo la mitad. La otra la puse en el sueño que tenía y en lo bien que estaría en mi habitación durmiendo.
-No sé quién o qué es, pero si alguien está haciendo alguna broma pesada, y espero por su bien que no sea así, será severamente castigado, y si llega a grandes extremos, deberemos expulsarlo.
Tragué saliva. La causante era yo. Bueno, no de todo, pero lo de las voces y ruidos…
Me encogí en mi asiento, y me froté los ojos. Miré a Jack, a la derecha del director, que no me quitaba ojo. Le sonreí levemente y volví a poner atención en lo que decía el director.
-Normalmente los fantasmas no suelen entrar en este tipo de castillos. Y no tendrían por qué hacernos daño, ya que sólo están enemistados con los vampiros, pero si a alguien le pasase algo, me gustaría que me lo comunicase enseguida. Muchas gracias. Podéis volver a vuestras respectivas habitaciones.
¡¡Por fin!!
Me levanté antes que los demás y salí por la puerta. Subí las escaleras, me puse el pijama y me eché en la cama.
(J)Alex últimamente estaba de lo más rara. Y la escena del comedor para demostrarlo. Aunque no paraba de mirarla durante toda la charla, me daba la impresión de que apenas podía mantenerse sentada.
Y hoy descubriría qué esconde.
jueves, 22 de julio de 2010
Premioooo -^.^-
¡¡Muchísimas gracias a Jess por darme este premio!! -^.^-
¡Ya sabes que adoro tu blog! :3
El premio viene con unas preguntas que hay que responder. Ahí van:
1. Estas de acuerdo con la frase:"En el amor y en la guerra todo se vale"?
¿Por qué no? Yo digo que sí. Si deseas con locura a tu... propósito, deberías hacer todo lo que sea posible para conseguirlo.
2.¿Estas de acuerdo con el Peace&Love?
Bueno... Supongo que sí. Sería bueno para el mundo. Es una pena que no todos piensen igual.
3.¿Qué prefieres Peace o Love?
Paz... porque el amor no... No, prefiero paz.
4. Define Musica:
La música es una melodía acústica que nos enseña lo bonito y lo malo de la vida con ritmo.
5. Entre Music, Peace & Love qué prefieres?
Sin duda la música. Pueden quitarme la paz y el amor, pero sin música... u.u
6. Define en otras palabras ENAMORARSE.
¿Enamorarse? Puede tener muchos significados, como por ejemplo, obsesionarse con una persona, que te guste alguien, que piensas siempre en esa persona cuando te levantas y cuando te acuestas, o cuando no quieres pensar en ella y piensas todavía más...
Pero puedo decir que enamorarse no significa querer a esa persona. Son dos cosas distintas.
7. ¿Crees en el destino o en las casualidades en el momento de encontrar el amor?
Creo en el destino, pero no en las casualidades.
8. ¿Alguien te gusta?
No. Ahora mismo nadie me llama la atención.
9. ¿Has hecho alguna locura por amor?
No. Y no creo que vaya a hacerlo.
10. ¿Has vivido alguna escena romántica así tipo manga o peli romántica?
No xD Y la verdad me resultaría demasiado empalagoso, pero si alguna vez me ocurre, lo recordaré siempre.
11. Si te dijeran que un amigo tuyo sufre una enfermedad terminal y le quedan 4 meses de vida, y tu amigo no lo sabe aun...Se lo dirías o te guardarías el secreto para no preocuparle?
Puf... Es una pregunta difícil de contestar, porque primero tendría que asimilarlo yo, pero quizá sí, se lo diría. Tiene todo el derecho a saberlo, y si no soy yo, se lo diría otra persona.
12. Como le dirías a la persona que amas que le quieres (si te declaras por primera vez)?
Ah... no. Yo no digo nada, primero que se lance él, o que surja en algún momento dado, y que sea el adecuado.
13. ¿Qué es de tu vida?
Bueno, mi vida... podríamos decir que es un revuelo de cosas. Demasiadas para mi gusto, pero de todos modos estoy feliz así, aunque siempre me preocupa el futuro. De todos modos tengo a las personas que necesito a mi alrededor, así que... Sí, mi vida va bien.
13. Que canción te hace recordar algún momento importante de tu vida y porque?
Es que hay tantas... Pero supongo que Linkin Park-Not Alone...
14. ¿Te arrepientes de algo que hayas hecho ultimamente?
Hay muchas cosas de las que me arrepiento, la verdad, pero lo hecho, hecho está. Ya no puedo hacer nada.
15. ¿Te enamoras a primera vista o con el tiempo?
No suelo enamorarme, pero si lo hiciera, sería con el tiempo. Sin ánimo de ofender a nadie, lo de amor a primera vista me parece una chorrada... Quiero decir que cuando ves a una persona y te gusta, no significa que estés enamorada. Sólo eso, que te gusta. Nada más.
16. ¿Cual es tu mayor deseo actualmente?
Publicar un libro que estoy escribiendo con una de mis mejores amigas. Y quizá más cosas ;)
17. ¿Te asustaría enamorarte de alguien de tu mismo sexo?
Me asustaría, y mucho. Muchísimo, la verdad. Y sinceramente no sabría qué hacer.
18. ¿Qué es lo que mas te gustaría hacer, pero que sin embargo nunca crees lograr?
Pues... viajar, pero sin padres. Como comprenderéis, no me dejan xD
19. Hecha por mí: ¿Estás de acuerdo con la frase "Es mejor haber amado y haber perdido que no haber amado nunca?"
Para mí no, porque si amas y pierdes, te deja un hueco, algo, en el interior, que te duele, pero si no has amado nunca, entonces nunca sabrás lo que es el dolor de verdad.
1. Estas de acuerdo con la frase:"En el amor y en la guerra todo se vale"?
¿Por qué no? Yo digo que sí. Si deseas con locura a tu... propósito, deberías hacer todo lo que sea posible para conseguirlo.
2.¿Estas de acuerdo con el Peace&Love?
Bueno... Supongo que sí. Sería bueno para el mundo. Es una pena que no todos piensen igual.
3.¿Qué prefieres Peace o Love?
Paz... porque el amor no... No, prefiero paz.
4. Define Musica:
La música es una melodía acústica que nos enseña lo bonito y lo malo de la vida con ritmo.
5. Entre Music, Peace & Love qué prefieres?
Sin duda la música. Pueden quitarme la paz y el amor, pero sin música... u.u
6. Define en otras palabras ENAMORARSE.
¿Enamorarse? Puede tener muchos significados, como por ejemplo, obsesionarse con una persona, que te guste alguien, que piensas siempre en esa persona cuando te levantas y cuando te acuestas, o cuando no quieres pensar en ella y piensas todavía más...
Pero puedo decir que enamorarse no significa querer a esa persona. Son dos cosas distintas.
7. ¿Crees en el destino o en las casualidades en el momento de encontrar el amor?
Creo en el destino, pero no en las casualidades.
8. ¿Alguien te gusta?
No. Ahora mismo nadie me llama la atención.
9. ¿Has hecho alguna locura por amor?
No. Y no creo que vaya a hacerlo.
10. ¿Has vivido alguna escena romántica así tipo manga o peli romántica?
No xD Y la verdad me resultaría demasiado empalagoso, pero si alguna vez me ocurre, lo recordaré siempre.
11. Si te dijeran que un amigo tuyo sufre una enfermedad terminal y le quedan 4 meses de vida, y tu amigo no lo sabe aun...Se lo dirías o te guardarías el secreto para no preocuparle?
Puf... Es una pregunta difícil de contestar, porque primero tendría que asimilarlo yo, pero quizá sí, se lo diría. Tiene todo el derecho a saberlo, y si no soy yo, se lo diría otra persona.
12. Como le dirías a la persona que amas que le quieres (si te declaras por primera vez)?
Ah... no. Yo no digo nada, primero que se lance él, o que surja en algún momento dado, y que sea el adecuado.
13. ¿Qué es de tu vida?
Bueno, mi vida... podríamos decir que es un revuelo de cosas. Demasiadas para mi gusto, pero de todos modos estoy feliz así, aunque siempre me preocupa el futuro. De todos modos tengo a las personas que necesito a mi alrededor, así que... Sí, mi vida va bien.
13. Que canción te hace recordar algún momento importante de tu vida y porque?
Es que hay tantas... Pero supongo que Linkin Park-Not Alone...
14. ¿Te arrepientes de algo que hayas hecho ultimamente?
Hay muchas cosas de las que me arrepiento, la verdad, pero lo hecho, hecho está. Ya no puedo hacer nada.
15. ¿Te enamoras a primera vista o con el tiempo?
No suelo enamorarme, pero si lo hiciera, sería con el tiempo. Sin ánimo de ofender a nadie, lo de amor a primera vista me parece una chorrada... Quiero decir que cuando ves a una persona y te gusta, no significa que estés enamorada. Sólo eso, que te gusta. Nada más.
16. ¿Cual es tu mayor deseo actualmente?
Publicar un libro que estoy escribiendo con una de mis mejores amigas. Y quizá más cosas ;)
17. ¿Te asustaría enamorarte de alguien de tu mismo sexo?
Me asustaría, y mucho. Muchísimo, la verdad. Y sinceramente no sabría qué hacer.
18. ¿Qué es lo que mas te gustaría hacer, pero que sin embargo nunca crees lograr?
Pues... viajar, pero sin padres. Como comprenderéis, no me dejan xD
19. Hecha por mí: ¿Estás de acuerdo con la frase "Es mejor haber amado y haber perdido que no haber amado nunca?"
Para mí no, porque si amas y pierdes, te deja un hueco, algo, en el interior, que te duele, pero si no has amado nunca, entonces nunca sabrás lo que es el dolor de verdad.
¡Te vuelvo a dar las gracias Jess! Y como sabéis supongo, odio elegir a unos pocos blogs entre todos, ¡porque todos me parecen maravillosos! Así que, quién quiera hacer un test entretenido, que coja este premio. ¡Os lo agradecería mucho! Ah, y quién lo coja debe de hacer una pregunta ;D
martes, 20 de julio de 2010
Capítulo 13
A medianoche, otra vez, me desperté. Y me levanté. Esta vez no era por sed, sino porque me daba la impresión de que en el pasillo había algo…
Abrí la puerta, salí, la cerré y me volví hacia el corredor oscuro. Avancé unos pasos hacia la oscuridad, y de repente un fantasma se me apareció delante.
Esta vez era un niño, pero no llevaba nada en las manos. Me sonreía, pero no como las niñas de ayer, sino con dulzura. Se sentó en el suelo, y apoyó la cara en las manos.
Me coloqué delante de él, también me senté y le sonreí.
-¿Quién eres? –pregunté.
-Me llamo Tom. Es un placer, Alex.
-¿Cómo sabes mi nombre?
-Oh, todos te conocen. El tiempo pasa para todos, ¿no crees? –se rió-. Pero ahora en serio. Debes de tener cuidado. Muchas personas matarían por tenerte en su poder, o simplemente tener tu poder. He venido aquí para darte este comunicado.
-¿Quiénes eran las niñas de ayer?
-Ah, las gemelas. Son muy traicioneras, pero ignóralas. Sólo saben hablar. Bueno, y cuéntame, ¿tienes pensado volver a irte?
-Pues… esto…
-Era broma.
Me reí. Empezamos a hablar, hasta que me di cuenta de que eran las seis de la mañana. Me despedí de Tom y volví a la cama.
Por la mañana, al sólo dormir dos horas, apenas pude levantarme. Vicky tuvo que tirar de mí.
-Vamos… -dijo con esfuerzo-. Venga… ¡levanta!
Me cogía del brazo y tiraba de él. Al final me tiró de la cama. Me levanté y bostecé. Y otra vez. Y otra.
-Dios mío, Alex. ¿Qué estuviste haciendo anoche? ¿Tú te has visto la cara?
Fruncí el ceño y me miré en el espejo. Tenía unas ojeras horribles. Bufé, me vestí torpemente, me coloqué la mochila a la espalda y ambas salimos de la habitación.
En clase de Lengua, a media clase, con el guardián del ángel de la tierra como profesor, me quedé dormida.
-Vaya, vaya, vaya. ¿Con que te aburren los escritores del siglo XX? ¿Puedes decirme alguno al menos?
El profesor estaba a mi lado, y yo sin enterarme. Me erguí, y me puse a pensar, pero tenía la mente en blanco.
-Emmm… pues… si te digo la verdad… ahora mismo no…
El guardián suspiró derrotado y prosiguió con la clase.
Y en la hora de comer, me senté en la mesa con Max, Vicky y Al, pero apenas probé bocado.
Los guardias vigilaban el comedor, como siempre, y en un momento dado Jack me buscó con la mirada, y frunció el ceño al verme con las ojeras y tan adormilada. Habló con el profesor de Lengua, o sea, el guardián ese, y le contó algo. Luego volvió a mirarme preocupado.
Yo me eché una cabezadita. La verdad no me apetecía hacer nada.
Abrí la puerta, salí, la cerré y me volví hacia el corredor oscuro. Avancé unos pasos hacia la oscuridad, y de repente un fantasma se me apareció delante.
Esta vez era un niño, pero no llevaba nada en las manos. Me sonreía, pero no como las niñas de ayer, sino con dulzura. Se sentó en el suelo, y apoyó la cara en las manos.
Me coloqué delante de él, también me senté y le sonreí.
-¿Quién eres? –pregunté.
-Me llamo Tom. Es un placer, Alex.
-¿Cómo sabes mi nombre?
-Oh, todos te conocen. El tiempo pasa para todos, ¿no crees? –se rió-. Pero ahora en serio. Debes de tener cuidado. Muchas personas matarían por tenerte en su poder, o simplemente tener tu poder. He venido aquí para darte este comunicado.
-¿Quiénes eran las niñas de ayer?
-Ah, las gemelas. Son muy traicioneras, pero ignóralas. Sólo saben hablar. Bueno, y cuéntame, ¿tienes pensado volver a irte?
-Pues… esto…
-Era broma.
Me reí. Empezamos a hablar, hasta que me di cuenta de que eran las seis de la mañana. Me despedí de Tom y volví a la cama.
Por la mañana, al sólo dormir dos horas, apenas pude levantarme. Vicky tuvo que tirar de mí.
-Vamos… -dijo con esfuerzo-. Venga… ¡levanta!
Me cogía del brazo y tiraba de él. Al final me tiró de la cama. Me levanté y bostecé. Y otra vez. Y otra.
-Dios mío, Alex. ¿Qué estuviste haciendo anoche? ¿Tú te has visto la cara?
Fruncí el ceño y me miré en el espejo. Tenía unas ojeras horribles. Bufé, me vestí torpemente, me coloqué la mochila a la espalda y ambas salimos de la habitación.
En clase de Lengua, a media clase, con el guardián del ángel de la tierra como profesor, me quedé dormida.
-Vaya, vaya, vaya. ¿Con que te aburren los escritores del siglo XX? ¿Puedes decirme alguno al menos?
El profesor estaba a mi lado, y yo sin enterarme. Me erguí, y me puse a pensar, pero tenía la mente en blanco.
-Emmm… pues… si te digo la verdad… ahora mismo no…
El guardián suspiró derrotado y prosiguió con la clase.
Y en la hora de comer, me senté en la mesa con Max, Vicky y Al, pero apenas probé bocado.
Los guardias vigilaban el comedor, como siempre, y en un momento dado Jack me buscó con la mirada, y frunció el ceño al verme con las ojeras y tan adormilada. Habló con el profesor de Lengua, o sea, el guardián ese, y le contó algo. Luego volvió a mirarme preocupado.
Yo me eché una cabezadita. La verdad no me apetecía hacer nada.
miércoles, 14 de julio de 2010
Capítulo 12
-Levántate, vamos.
Me crucé de brazos acostada en el suelo, y fruncí el ceño.
-¿Para qué? Si total me vas a volver a tirar, so bruto.
Puso los ojos en blanco, y sacudió la cabeza.
-No seas ridícula. Lo único que necesitas es práctica. Cosa que a ti te falta.
-Lo único que necesitas es práctica –le imité-. Pues me da igual. Echaré raíces aquí si hace falta.
Bufó, se colocó a mi lado, se acuclilló y, para mi sorpresa, me cogió en brazos.
Me revolví tercamente y me dejó de pie en el suelo.
-Hala, ya estás.
-Mira, tengo todavía la comida en el estómago, un sueño que me tira para atrás y estoy rodeada de testosterona por vuestra parte. Así que por favor, dame un respiro.
Jack se rió. Y me puso la zancadilla. Caí hacia adelante, manchándome la cara de tierra.
-¡Ay! ¿A qué ha venido eso? –dije todavía con la cara en el suelo.
-Te acabo de enseñar el porqué no te puedes fiar de nadie, en ningún momento. Te puede pasar esto.
Me puse de rodillas y me limpié los ojos y las mejillas, pero esta vez el estómago y la cabeza me daban vueltas. Jack se arrodilló en frente de mí y me revolvió el pelo como hacía mi antigua vecina la anciana Dina, y me limpió la frente.
-Al final voy a acabar por encariñarme contigo.
-Sí, me hago de querer. Pero ahora en serio, te juro que me va a dar algo. Dejémoslo por hoy, porfa.
Sonrió y asintió mientras se levantaba. Fue hacia un banco y se colocó la camiseta, los calcetines y sus tenis.
-¡Chicos, nosotros ya hemos acabado!
Los demás asintieron y siguieron con lo suyo. Mi guardián me cogió del brazo y me acompañó hasta mi cuarto.
-¿Y este repentino sueño? –me preguntó mientras subíamos las escaleras.
Tropecé, pero él me cogió al momento.
-Pues… esto… supongo que… será simplemente cansancio.
Pero yo sabía muy bien que era por los fantasmas que había visto anoche.
Después de ducharme, Vicky vino, y empezamos a hablar.
-¿Has visto aquel chico tan mono que hay en la clase de Historia? ¡Creo que me he enamorado! –me contó.
Yo asentía, y ella se dio cuenta de que me pasaba algo.
-Alex, ¿te encuentras bien?
-¿Eh? Sí, claro. Estoy perfectamente… No te preocupes.
-Pues no lo parece.
-No me pasa nada, en serio. Es sólo que tengo un sueño que me caigo para atrás. Buenas noches.
Vicky se encogió de hombros y apagó la luz.
*Bueno, pues lo mismo que puse en el otro, tardé bastante porque no tuve tiempo. Lo lamento. Y creé otro blog, Storyteller Y bueno, si queréis entráis, si no, pues nada. Gracias.
Me crucé de brazos acostada en el suelo, y fruncí el ceño.
-¿Para qué? Si total me vas a volver a tirar, so bruto.
Puso los ojos en blanco, y sacudió la cabeza.
-No seas ridícula. Lo único que necesitas es práctica. Cosa que a ti te falta.
-Lo único que necesitas es práctica –le imité-. Pues me da igual. Echaré raíces aquí si hace falta.
Bufó, se colocó a mi lado, se acuclilló y, para mi sorpresa, me cogió en brazos.
Me revolví tercamente y me dejó de pie en el suelo.
-Hala, ya estás.
-Mira, tengo todavía la comida en el estómago, un sueño que me tira para atrás y estoy rodeada de testosterona por vuestra parte. Así que por favor, dame un respiro.
Jack se rió. Y me puso la zancadilla. Caí hacia adelante, manchándome la cara de tierra.
-¡Ay! ¿A qué ha venido eso? –dije todavía con la cara en el suelo.
-Te acabo de enseñar el porqué no te puedes fiar de nadie, en ningún momento. Te puede pasar esto.
Me puse de rodillas y me limpié los ojos y las mejillas, pero esta vez el estómago y la cabeza me daban vueltas. Jack se arrodilló en frente de mí y me revolvió el pelo como hacía mi antigua vecina la anciana Dina, y me limpió la frente.
-Al final voy a acabar por encariñarme contigo.
-Sí, me hago de querer. Pero ahora en serio, te juro que me va a dar algo. Dejémoslo por hoy, porfa.
Sonrió y asintió mientras se levantaba. Fue hacia un banco y se colocó la camiseta, los calcetines y sus tenis.
-¡Chicos, nosotros ya hemos acabado!
Los demás asintieron y siguieron con lo suyo. Mi guardián me cogió del brazo y me acompañó hasta mi cuarto.
-¿Y este repentino sueño? –me preguntó mientras subíamos las escaleras.
Tropecé, pero él me cogió al momento.
-Pues… esto… supongo que… será simplemente cansancio.
Pero yo sabía muy bien que era por los fantasmas que había visto anoche.
Después de ducharme, Vicky vino, y empezamos a hablar.
-¿Has visto aquel chico tan mono que hay en la clase de Historia? ¡Creo que me he enamorado! –me contó.
Yo asentía, y ella se dio cuenta de que me pasaba algo.
-Alex, ¿te encuentras bien?
-¿Eh? Sí, claro. Estoy perfectamente… No te preocupes.
-Pues no lo parece.
-No me pasa nada, en serio. Es sólo que tengo un sueño que me caigo para atrás. Buenas noches.
Vicky se encogió de hombros y apagó la luz.
*Bueno, pues lo mismo que puse en el otro, tardé bastante porque no tuve tiempo. Lo lamento. Y creé otro blog, Storyteller Y bueno, si queréis entráis, si no, pues nada. Gracias.
miércoles, 7 de julio de 2010
Capítulo 11
A la hora de comer, Vicky y yo nos sentamos como siempre en una mesa, pero esta vez vinieron dos más. Se sentaron enfrente nuestra.
-¡Hola! Oye, tú eres…
-Me llamo Alex –respondí.
-Y yo Vicky.
-¡Vaya, queríamos conoceros! Sentimos aparecer así de repente, pero bueno... Yo soy Max, y él es Alfredo.
-Podéis llamarme Al.
-Un placer.
-Ayer te vimos en el árbol intentando escaparte de este lugar. ¿Cómo fuiste capaz siquiera de intentarlo?
-Porque lo odio, y quiero salir de aquí, pero alguna vez lo volveré a conseguir.
Max y Al sonrieron abiertamente. No puedo decir lo mismo de Vicky.
Mientras comíamos, estuvimos hablando, y al final los cuatro, supongo, nos hicimos amigos.
Por las clases de la tarde, el sueño me entraba seguido ya que acababa de comer. Y después de las clases, fui a la sala de entrenamiento. Los demás ángeles sagrados ya entrenaban con sus respectivos mentores.
Jack me esperaba allí. Pero volví a verlos de nuevo, y la mandíbula se me desencajó.
Ningún guardián llevaba camiseta e iban descalzos. Tenían vaqueros o pantalón de chándal, pero nada más.
Y todos, absolutamente todos, estaban más buenos que el pan. Supongo que entrenaban desde que eran pequeños, pero madre mía.
Jack vino hacia mí, y se cruzó de brazos, haciendo que los músculos de sus brazos se tensaran y se le marcaran más.
De repente me entró calor. Miré al ángel que controlaba el agua. Anda… mira como no le quita ojo a mi guardián. Chavala, que tú ya tienes el tuyo. Así que deja de comerte con los ojos al mío. Aunque el suyo tampoco estaba nada mal…
-Bueno qué. Por lo menos hoy has venido.
Le miré distraídamente y me encogí de hombros.
-Sí, supongo. ¿Qué debo hacer?
-Ven.
El ángel del fuego estaba entrenando su precisión y magia quemando un objeto de madera. El de aire había desplegado sus alas negras e intentaba echar a volar, pero se daba trompazos contra el suelo. El de tierra discutía con su guardián. La de agua no le quitaba los ojos de encima a Jack y yo… bueno, aprendiendo lucha libre.
-Ah, por cierto, me reí mucho con tu examen de esta mañana. Espero que no creas que esas respuestas eran las correctas, porque entonces sabría que no eres estúpida.
-Claro que sé que son respuestas idiotas, pero tú sabías que no había ido a clase de biología. Ni siquiera… ¡eran diferentes temas!
-Era un repaso de todo lo que habíamos dado.
-Ya, claro. ¿Cuánto he sacado? ¿Un cero?
-No, un 1,25. Un punto por ocurrente.
-¿Y el 0,25?
-Por escribir bien tu nombre, al menos.
-Vaya, gracias, qué amable.
Se colocó delante de mí, y me hizo señas para que atacara.
-A ver qué sabes hacer.
Chasqueé la lengua.
-Chaval, ¿quién crees que enseñó a Jackie Chan su forma de luchar? Una servidora. Así que será mejor que te prepares, porque sé kárate.
Ni kárate ni leches. Acabé en el suelo a los dos segundos. Jack sonreía desde arriba.
-¿Qué? ¿Dónde quedó tu don luchador?
-¿Estás seguro de que quieres que te lo diga? –repliqué todavía tirada en el suelo.
Me levanté otra vez, intenté darle una patada, un puñetazo, algo, pero otra vez pudo conmigo y por supuesto, quedé tirada en el suelo. Ya recuerdo por qué lo odio.
-¡Hola! Oye, tú eres…
-Me llamo Alex –respondí.
-Y yo Vicky.
-¡Vaya, queríamos conoceros! Sentimos aparecer así de repente, pero bueno... Yo soy Max, y él es Alfredo.
-Podéis llamarme Al.
-Un placer.
-Ayer te vimos en el árbol intentando escaparte de este lugar. ¿Cómo fuiste capaz siquiera de intentarlo?
-Porque lo odio, y quiero salir de aquí, pero alguna vez lo volveré a conseguir.
Max y Al sonrieron abiertamente. No puedo decir lo mismo de Vicky.
Mientras comíamos, estuvimos hablando, y al final los cuatro, supongo, nos hicimos amigos.
Por las clases de la tarde, el sueño me entraba seguido ya que acababa de comer. Y después de las clases, fui a la sala de entrenamiento. Los demás ángeles sagrados ya entrenaban con sus respectivos mentores.
Jack me esperaba allí. Pero volví a verlos de nuevo, y la mandíbula se me desencajó.
Ningún guardián llevaba camiseta e iban descalzos. Tenían vaqueros o pantalón de chándal, pero nada más.
Y todos, absolutamente todos, estaban más buenos que el pan. Supongo que entrenaban desde que eran pequeños, pero madre mía.
Jack vino hacia mí, y se cruzó de brazos, haciendo que los músculos de sus brazos se tensaran y se le marcaran más.
De repente me entró calor. Miré al ángel que controlaba el agua. Anda… mira como no le quita ojo a mi guardián. Chavala, que tú ya tienes el tuyo. Así que deja de comerte con los ojos al mío. Aunque el suyo tampoco estaba nada mal…
-Bueno qué. Por lo menos hoy has venido.
Le miré distraídamente y me encogí de hombros.
-Sí, supongo. ¿Qué debo hacer?
-Ven.
El ángel del fuego estaba entrenando su precisión y magia quemando un objeto de madera. El de aire había desplegado sus alas negras e intentaba echar a volar, pero se daba trompazos contra el suelo. El de tierra discutía con su guardián. La de agua no le quitaba los ojos de encima a Jack y yo… bueno, aprendiendo lucha libre.
-Ah, por cierto, me reí mucho con tu examen de esta mañana. Espero que no creas que esas respuestas eran las correctas, porque entonces sabría que no eres estúpida.
-Claro que sé que son respuestas idiotas, pero tú sabías que no había ido a clase de biología. Ni siquiera… ¡eran diferentes temas!
-Era un repaso de todo lo que habíamos dado.
-Ya, claro. ¿Cuánto he sacado? ¿Un cero?
-No, un 1,25. Un punto por ocurrente.
-¿Y el 0,25?
-Por escribir bien tu nombre, al menos.
-Vaya, gracias, qué amable.
Se colocó delante de mí, y me hizo señas para que atacara.
-A ver qué sabes hacer.
Chasqueé la lengua.
-Chaval, ¿quién crees que enseñó a Jackie Chan su forma de luchar? Una servidora. Así que será mejor que te prepares, porque sé kárate.
Ni kárate ni leches. Acabé en el suelo a los dos segundos. Jack sonreía desde arriba.
-¿Qué? ¿Dónde quedó tu don luchador?
-¿Estás seguro de que quieres que te lo diga? –repliqué todavía tirada en el suelo.
Me levanté otra vez, intenté darle una patada, un puñetazo, algo, pero otra vez pudo conmigo y por supuesto, quedé tirada en el suelo. Ya recuerdo por qué lo odio.
domingo, 4 de julio de 2010
Capítulo 10
Por la mañana Vicky y yo nos levantamos, vestimos y fuimos cada una a su clase.
¿Y cuál fue mi sorpresa al encontrarme a mi guardián dando Biología?
Sonreía a las chicas, a lo que éstas o decían lo guapo que era por lo bajo o suspiraban por él o más estupideces. Como ayer, con los otros profesores. Incluso con el guardián del ángel de fuego, una chica acabó desmayándose en plena clase.
Jack me lanzó una mirada burlona cuando pasé a mi sitio. Yo le hice una mueca y le ignoré, pero claro, como era el profesor tenía que atender sus malditas clases.
Aunque en esta clase no iba a explicar.
Cuando estuvimos todos, Jack se levantó de su mesa, puso las manos detrás de la espalda y sonrió.
-Examen sorpresa.
Yo me quedé a cuadros. ¡Pero si yo no había asistido a ninguna clase! ¡Este era mi segundo día!
¡Y el capullo lo sabía! Lo hizo aposta…
Empezó a repartir las hojas por todos los pupitres, y luego volvió a su mesa.
-Este examen será un treinta por ciento de la nota, así que espero que os esforcéis. Podéis empezar.
Bajé la mirada al examen. Eran preguntas de diferente tipo. Si pudiera parar el tiempo y ver las respuestas de los demás…
Pero claro, no me quedaban fuerzas. Maldita sea.
A ver…
1.Estimulantes del sistema nervioso
2.¿Conoces algún vegetal sin flores?
3.¿Cuántos continentes hay?
Y demás preguntas.
Vale, vale, vale, tranquila. Vuelve a releer con cuidado y precisión…
¿Pero precisión por qué? Se va a enterar…
1.Estimulantes del sistema nervioso: “el café, el tabaco, y las mujeres”
Ya tengo un punto.
2.¿Conoces algún vegetal sin flores?: “Conozco”
¡Ja! Ay, Jack, qué poco te esfuerzas.
3.¿Cuántos continentes hay?: “Unos 150, aunque no he estado en todos. Conozco el de Majadahonda y Alcobendas. De todas formas ahora se llaman Carrefour.”
Este examen está chupado.
4.Países productores de miel: “La Granja de San Francisco”
5.Definición de rumiantes: “Son los que eructan al comer”
6.Lenguas vernáculas: "Las que se hablan en las tabernas”
7.Reproducción sexual: “Para que se provoque la FERMENTACIÓN, tienen que estar el órgano masculino dentro del femenino”
8.La sal común: “Tiene un curioso sabor salado”
9.Movimientos del corazón: “El corazón siempre está en movimiento, excepto en los cadáveres”
10.Las algas: “Son animales con caracteres vegetales”
Me levanté de mi silla y entregué, con una gran sonrisa. Al verme tan feliz, Jack frunció el ceño.
Era una de las últimas en entregar, pero al menos valdría la pena.
Salí de la clase, y me dirigí a la siguiente. Este día sería muy divertido.
¿Y cuál fue mi sorpresa al encontrarme a mi guardián dando Biología?
Sonreía a las chicas, a lo que éstas o decían lo guapo que era por lo bajo o suspiraban por él o más estupideces. Como ayer, con los otros profesores. Incluso con el guardián del ángel de fuego, una chica acabó desmayándose en plena clase.
Jack me lanzó una mirada burlona cuando pasé a mi sitio. Yo le hice una mueca y le ignoré, pero claro, como era el profesor tenía que atender sus malditas clases.
Aunque en esta clase no iba a explicar.
Cuando estuvimos todos, Jack se levantó de su mesa, puso las manos detrás de la espalda y sonrió.
-Examen sorpresa.
Yo me quedé a cuadros. ¡Pero si yo no había asistido a ninguna clase! ¡Este era mi segundo día!
¡Y el capullo lo sabía! Lo hizo aposta…
Empezó a repartir las hojas por todos los pupitres, y luego volvió a su mesa.
-Este examen será un treinta por ciento de la nota, así que espero que os esforcéis. Podéis empezar.
Bajé la mirada al examen. Eran preguntas de diferente tipo. Si pudiera parar el tiempo y ver las respuestas de los demás…
Pero claro, no me quedaban fuerzas. Maldita sea.
A ver…
1.Estimulantes del sistema nervioso
2.¿Conoces algún vegetal sin flores?
3.¿Cuántos continentes hay?
Y demás preguntas.
Vale, vale, vale, tranquila. Vuelve a releer con cuidado y precisión…
¿Pero precisión por qué? Se va a enterar…
1.Estimulantes del sistema nervioso: “el café, el tabaco, y las mujeres”
Ya tengo un punto.
2.¿Conoces algún vegetal sin flores?: “Conozco”
¡Ja! Ay, Jack, qué poco te esfuerzas.
3.¿Cuántos continentes hay?: “Unos 150, aunque no he estado en todos. Conozco el de Majadahonda y Alcobendas. De todas formas ahora se llaman Carrefour.”
Este examen está chupado.
4.Países productores de miel: “La Granja de San Francisco”
5.Definición de rumiantes: “Son los que eructan al comer”
6.Lenguas vernáculas: "Las que se hablan en las tabernas”
7.Reproducción sexual: “Para que se provoque la FERMENTACIÓN, tienen que estar el órgano masculino dentro del femenino”
8.La sal común: “Tiene un curioso sabor salado”
9.Movimientos del corazón: “El corazón siempre está en movimiento, excepto en los cadáveres”
10.Las algas: “Son animales con caracteres vegetales”
Me levanté de mi silla y entregué, con una gran sonrisa. Al verme tan feliz, Jack frunció el ceño.
Era una de las últimas en entregar, pero al menos valdría la pena.
Salí de la clase, y me dirigí a la siguiente. Este día sería muy divertido.
viernes, 2 de julio de 2010
Capítulo 9
A medianoche, me desperté y me entró sed. Pero no de agua. Llevaba tanto tiempo sin tomar sangre que cada vez me dolía más la garganta. ¿Habría en la cocina?
Me levanté de la cama, salí de mi habitación descalza, cerrando la puerta con cuidado para no despertar a Vicky y me volví hacia el pasillo. A los lados estaban las puertas de los demás alumnos, y al fondo… todo oscuro. Todo.
Un escalofrío me recorrió la espalda. Empecé a caminar despacio, con la mano tocando la pared por si acaso, y me topé con las escaleras. Iban hacia arriba y abajo. Sin duda las de arriba eran para ir a las habitaciones de los guardias, y luego seguían hasta una de las torres del colegio.
Bajé las escaleras, y después de un largo camino llegué a la cocina. Busqué de arriba abajo para ver si encontraba aunque fuera un poco, pero no había nada. Derrotada, salí de allí y volví hacia las escaleras, pero cuando pisé un escalón de piedra con el pie desnudo sentí una horrible presencia fría detrás de mí. Me volví rápidamente, pero no había nadie.
Asustada, subí rápidamente las escaleras, y al llegar hasta arriba, me quedé parada. Otra vez esa sensación, y aún por encima el corredor estaba completamente negro. Tragué saliva, y empecé a caminar despacio.
Pero a mitad del camino se me aparecieron dos fantasmas. Eran dos niñas gemelas, de diez años, que tenían una muñeca cada una.
Pero esto qué era, ¿El resplandor?
Aunque mi chiste me levantara un poco el ánimo, todavía seguía temblando.
-¿Quieres venir con nosotras? Nos lo pasaremos muy bien –dijo la de la derecha.
Negué con la cabeza mientras retrocedía. Las niñas se acercaban cada vez más a mí.
-Ven… ven con nosotras, Alex… ya verás qué divertido…
-¡No!
Quería correr hacia mi cuarto, pero ellas me lo impedían, así que subí las escaleras y me dirigí hacia la habitación de Jack. Ya que era mi protector, debía serlo para todo, ¿no?
Y qué mejor momento que este.
Las niñas me seguían, levitando, y yo entré en el cuarto, cerrando de un portazo.
Jack, al sentir el ruido, se incorporó enseguida y se levantó. Llevaba el pelo despeinado y los ojos somnolientos.
-¿Qué haces aquí?
Yo me coloqué detrás de él, mirando a la puerta.
-¿Qué…?
-Calla –repliqué.
Ambos esperamos a que pasara algo, pero ya no hubo más ruido.
Suspiré, abrí la puerta despacio y miré a los lados. No había nada. Me relajé.
-¿Ahora me vas a explicar qué es lo que pasa?
-Nada, que al parecer me he convertido en la nueva prota de El resplandor.
-¿Qué?
-Olvídalo. Emm… -coloqué las manos detrás de la espalda-. ¿Puedo… pedirte algo?
-¿Qué te ayude a escalar más árboles? –dijo con sarcasmo.
-No, que me acompañes a mi habitación.
Resopló.
-No jorobes que te da miedo la oscuridad.
-No, eso no es lo que… Por favor…
Me miró a los ojos durante algunos segundos, y luego desistió.
-Está bien.
Ambos salimos de su habitación, y mientras caminábamos, yo no me separaba de su lado. Si tenía que pasar algo, primero que cobrara él.
-¿Quieres que te coja de la manita como los niños pequeños?
-Antes muerta.
Se echó a reír. Idiota.
-Ah, por cierto. Hoy no viniste a practicar. Ni tampoco fuiste a las clases de la tarde.
-No, no me apetecía. Espera, ¿y cómo sabes que no fui a las clases de la tarde?
Sonrió como un estúpido.
-¿No sabes quiénes son tus profesores siquiera?
Me quedé a cuadros. ¿Daba clases?
-¿Y qué asignaturas das?
-Bueno, pues matemáticas, filosofía y biología. Todos los guardias damos algunas clases.
-¡Pero si sólo eres dos años mayor que yo!
-Pero sé más que tú también, así que…
-Oh, genial.
Llegamos a mi habitación.
-¿No me vas a dar ni las gracias?
-¿Gracias por qué? Sólo me has acompañado hasta mi habitación.
-¿Y lo de antes? ¿Lo del árbol?
-Nadie te pidió tu ayuda.
Sonrió y se fue sin decir nada más. Entré en mi habitación, pero antes volví a vigilar mis espaldas, ya que podían estar espiando.
Vale, dejaré de tomar esa bebida tan rara.
Me levanté de la cama, salí de mi habitación descalza, cerrando la puerta con cuidado para no despertar a Vicky y me volví hacia el pasillo. A los lados estaban las puertas de los demás alumnos, y al fondo… todo oscuro. Todo.
Un escalofrío me recorrió la espalda. Empecé a caminar despacio, con la mano tocando la pared por si acaso, y me topé con las escaleras. Iban hacia arriba y abajo. Sin duda las de arriba eran para ir a las habitaciones de los guardias, y luego seguían hasta una de las torres del colegio.
Bajé las escaleras, y después de un largo camino llegué a la cocina. Busqué de arriba abajo para ver si encontraba aunque fuera un poco, pero no había nada. Derrotada, salí de allí y volví hacia las escaleras, pero cuando pisé un escalón de piedra con el pie desnudo sentí una horrible presencia fría detrás de mí. Me volví rápidamente, pero no había nadie.
Asustada, subí rápidamente las escaleras, y al llegar hasta arriba, me quedé parada. Otra vez esa sensación, y aún por encima el corredor estaba completamente negro. Tragué saliva, y empecé a caminar despacio.
Pero a mitad del camino se me aparecieron dos fantasmas. Eran dos niñas gemelas, de diez años, que tenían una muñeca cada una.
Pero esto qué era, ¿El resplandor?
Aunque mi chiste me levantara un poco el ánimo, todavía seguía temblando.
-¿Quieres venir con nosotras? Nos lo pasaremos muy bien –dijo la de la derecha.
Negué con la cabeza mientras retrocedía. Las niñas se acercaban cada vez más a mí.
-Ven… ven con nosotras, Alex… ya verás qué divertido…
-¡No!
Quería correr hacia mi cuarto, pero ellas me lo impedían, así que subí las escaleras y me dirigí hacia la habitación de Jack. Ya que era mi protector, debía serlo para todo, ¿no?
Y qué mejor momento que este.
Las niñas me seguían, levitando, y yo entré en el cuarto, cerrando de un portazo.
Jack, al sentir el ruido, se incorporó enseguida y se levantó. Llevaba el pelo despeinado y los ojos somnolientos.
-¿Qué haces aquí?
Yo me coloqué detrás de él, mirando a la puerta.
-¿Qué…?
-Calla –repliqué.
Ambos esperamos a que pasara algo, pero ya no hubo más ruido.
Suspiré, abrí la puerta despacio y miré a los lados. No había nada. Me relajé.
-¿Ahora me vas a explicar qué es lo que pasa?
-Nada, que al parecer me he convertido en la nueva prota de El resplandor.
-¿Qué?
-Olvídalo. Emm… -coloqué las manos detrás de la espalda-. ¿Puedo… pedirte algo?
-¿Qué te ayude a escalar más árboles? –dijo con sarcasmo.
-No, que me acompañes a mi habitación.
Resopló.
-No jorobes que te da miedo la oscuridad.
-No, eso no es lo que… Por favor…
Me miró a los ojos durante algunos segundos, y luego desistió.
-Está bien.
Ambos salimos de su habitación, y mientras caminábamos, yo no me separaba de su lado. Si tenía que pasar algo, primero que cobrara él.
-¿Quieres que te coja de la manita como los niños pequeños?
-Antes muerta.
Se echó a reír. Idiota.
-Ah, por cierto. Hoy no viniste a practicar. Ni tampoco fuiste a las clases de la tarde.
-No, no me apetecía. Espera, ¿y cómo sabes que no fui a las clases de la tarde?
Sonrió como un estúpido.
-¿No sabes quiénes son tus profesores siquiera?
Me quedé a cuadros. ¿Daba clases?
-¿Y qué asignaturas das?
-Bueno, pues matemáticas, filosofía y biología. Todos los guardias damos algunas clases.
-¡Pero si sólo eres dos años mayor que yo!
-Pero sé más que tú también, así que…
-Oh, genial.
Llegamos a mi habitación.
-¿No me vas a dar ni las gracias?
-¿Gracias por qué? Sólo me has acompañado hasta mi habitación.
-¿Y lo de antes? ¿Lo del árbol?
-Nadie te pidió tu ayuda.
Sonrió y se fue sin decir nada más. Entré en mi habitación, pero antes volví a vigilar mis espaldas, ya que podían estar espiando.
Vale, dejaré de tomar esa bebida tan rara.
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