En Irlanda, mientras los abuelos de Ethan, su madre y éste desayunaban, cogió el periódico y lo leyó.
Estaba bebiendo una taza de café cuando leyó la noticia. Entonces lo escupió todo encima de la mesa.
Su familia lo miró sorprendida.
-¿Ethan…?
-Oh, Dios mío. Mamá, ¿esta no es…?
En la hoja de papel salía la foto de Danielle, y debajo, desaparecida.
Al joven le dio un vuelco el corazón. Se levantó de la mesa rápidamente.
-Mamá, tenemos que irnos.
-Pero si…
-¡Mamá, se trata de Danielle! ¡Nadie sabe dónde está, y papá está intentando encontrarla! ¡Tengo que ayudarlo!
Su madre asintió, y ambos subieron las escaleras de la casa para hacer las maletas. Luego se despidieron de sus abuelos y partieron hacia Inglaterra.
Mientras, Danielle se acercaba a Axel, vacilante pero decidida, y lo miró.
Éste le devolvió la mirada.
-¿Me buscaban? –preguntó con voz inocente.
Axel tuvo que tragar saliva antes de contestar para que le bajara el nudo que tenía en la garganta. Se incorporó.
-Sí –acertó a decir.
-Esto… debe de ser muy duro para ti, pero date cuenta de que es obvio. Es lo que tiene cometer delitos.
-Por favor, ahora no –frunció el ceño-. Tengo muchas cosas en la cabeza. Escucha… te dejaré salir de aquí si no le dices nada al jefe de policía.
-No puedo. Tengo que decírselo. Es mi obligación. Intenta comprenderlo.
-Lo comprendo. Si yo estuviera en tu lugar, haría lo mismo. Pero también ponte en mi situación. Si me delatas, recibiré dos cosas y me quitarán dos cosas. Recibiré la aceptación de un juicio y la sentencia a muerte por robo y secuestro. Y me quitarán todo lo que tengo, y lo peor de todo, perderé el cariño y el respeto de la única persona a la que quiero más que a mi vida –suspiró-. Aunque bueno, supongo que da igual, me lo merezco.
Se apartó de la puerta, y se dirigió a las escaleras.
-¿Adónde vas?
-A mi cuarto. Voy a dormir un poco.
-¿No has dormido en toda la noche?
-No pude. Estuviste toda la noche gritando en pesadillas. Y alguien tenía que ocuparse de ti.
Y subió las escaleras.
Sí, ella sólo daba problemas en esa casa. Y aún así tenía prohibido irse. Estupendo.