miércoles, 16 de marzo de 2011

Capítulo 19

** ¡Lo siento, lo siento, lo siento! >.<
Quería renovar, y últimamente estoy fallando en mis promesas, pero es que acabo de volver de Londres y allí no había internet ni nada, así que... lo siento.
Aquí tenéis el siguiente capítulo...


Gina había metido a Max en la bañera, y éste jugaba con la espuma que se había formado a causa del jabón, mientras ella le frotaba con suavidad la espalda con una esponja.
De repente, dejó de chapotear en el agua, y miró a Gina con tristeza.
-¿Qué pasa, señorito? –le preguntó preocupada. Le acarició el pelo negro, completamente mojado y lleno de jabón.
-Hum… Ash… ¿es malo?
-¿El señor Axel? ¿Cómo puede pensar una cosa tan horrible?
El niño se encogió de hombros, un poco avergonzado, y siguió jugando distraídamente.
-Los papás de la chica la buscaban, y Axel no les dijo nada. ¿Por qué?
-Bueno…
Axel le había contado todo por la noche. Ella se había sorprendido cuando lo había encontrado en la puerta de su casa con la chica dormida en brazos, desesperado. Todavía le ronroneaban las palabras que había pronunciado: “Gina, ayúdame. No sé qué hacer”.
Luego él le explicó todo lo sucedido, y por supuesto, ella hizo todo lo que pudo. Y bueno, visto lo visto, salió bien. Pero le había prometido a Axel que nunca le diría a su hermano qué hace en realidad.
-Porque… -respiró hondo-. Tu hermano tiene muchas cosas en la cabeza, Max. Cuando seas mayor, te explicará todo, de verdad.
Max no estaba satisfecho con esa seca respuesta, pero asintió y siguió jugando.
Luego, después de secarlo y vestirlo, Gina lo dejó jugando en su habitación. Aunque se aburría muchísimo, por lo que decidió salir de allí e ir al cuarto donde residía Danielle.
Se la encontró llorando encima de la cama, silenciosa, y una sensación de vértigo le inundó el estómago. Se acercó a ella, y se sentó a su lado. La muchacha alzó la mirada con los ojos vidriosos, y se sorprendió muchísimo cuando el pequeño Max le sonrió mientras alzaba sus manitas para enjugarle las lágrimas. Al acabar, asintió satisfecho.
-Las señoritas no deben llorar –cruzó las piernas para estar más cómodamente, y frunció el ceño-. Siempre creen que están más guapas con la cara llena de lágrimas, pero no es verdad –la miró sonriente-. La mayor belleza de una mujer es una sonrisa.
Danielle alzó las cejas ante las palabras del niño.
-O eso es lo que dice siempre Axel cuando ve a una llorar.
Ella sonrió, se secó mejor la cara, y suspiró.
-Tú… lo quieres mucho, ¿no?
-Muchísimo. De mayor, quiero ser como él.
Danielle sabía que no debía decirle nada al niño, pero se le antojaba imposible…

En el cap. 20...

"-¿Tú conoces… al ladrón de Londres?
-¡Por supuesto!
-Y no te preocupa… no sé, ¿que sea alguien conocido?"

"-¿Tú qué pretendes, hundirme? –le soltó después de que se le borrara la sonrisa falsa de la cara."

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Y para terminar, si os gustan los pensamientos de cada persona y las frases y diálogos de amor, entonces visitad este blog:
La buhardilla de mi tejado