Al final de clase, fui junto al grupo, dónde me acerqué a Drake. Éste se giró hacia mí cuando Mike me señaló con la cabeza.
Le cogí del brazo y lo arrastré hasta detrás del instituto, dónde no había nadie. Se remangó la camisa hasta los codos, se guardó las manos en los bolsillos y se apoyó en la pared, mirándome con los párpados caídos, como si tuviera sueño.
-¿Ya tienes la mente más despejada? -me preguntó-. Porque te recuerdo, Claire, el tiempo es oro, y si lo malgasto de esta manera...
-Lo siento -le interrumpí.
Se incorporó, abriendo mucho los ojos.
-¿Qué?
-¡Lo siento!
Y le abracé, sin poder aguantar las lágrimas. Me rodeó con los brazos y enterró su rostro en mi pelo.
-Ssshh... tranquila... -susurró-. No pasa nada...
-De verdad que lo siento, debí... decírtelo... pero ya sabes que cuando me pongo nerviosa... yo... no soy capaz... perdóname...
Me acarició el pelo mientras me daba un beso en la frente.
-Venga... ya te dije que no pasa nada... además el que se tiene que disculpar soy yo, por no darme cuenta de la que peor lo pasa eres tú. Mira -me empujó suavemente de él, y me puso las manos en los hombros-, hagamos una cosa. ¿Te has hecho la prueba? Porque a lo mejor es sólo... yo que sé... puede ser que estés enferma u otra cosa. Venga, tranquila -me secó las lágrimas, y me acarició la mejilla-. ¿Mejor? -asentí-. Pues venga, vamos.
Me cogió de la mano, y nos fuimos hacia el grupo, pero Drake sólo llamó a Paula. Ésta vino hacia nosotros con clara confusión en los ojos.
-¿Qué pasa? No te habrás pasado con ella, ¿verdad Drake? ¡Porque si no...!
-No, tranquila Paula, gracias -me apresuré a decir.
-Necesitamos que hagas una cosa por nosotros.
-¡Muy bien! ¿Qué es?
-Bueno...
Después de explicarle todo, a lo que ella aceptó gratamente, fuimos a la farmacia, luego a casa de Drake -algo que yo no quería, pero me obligó-, y después de hacer todo lo necesario, salieron los resultados. Y por si acaso hice dos pruebas.
Cuando faltaba un minuto para uno y dos para el segundo, Drake andaba de un lado a otro, yo sentada en el sofá y Paula a mi lado.
-Tío, relax, que ya falta menos -le animó Paula, aunque no de la mejor manera, que se diga-. ¿Estás seguro de que tus padres no vendrán hasta dentro de mucho? ¿Y tu hermana? ¿No habrá un problema si tu hermana descubre...?
-Mi hermana está en clases de piano, y mis padres están trabajando, así que no hay problema.
Mientras ellos hablaban, cogí el primero. Y sentía como la sangre se me congelaba en las venas. Era positivo. Tragué saliva sonoramente, pero ellos no parecieron percibirlo, ya que seguían hablando. Luego cogí el segundo.
Peor. Negativo.
Me desplomé en el respaldo del sofá, y ahora sí que se dieron cuenta.
-¡Claire! ¿Qué pasa...? -dijeron los dos a la vez.
Les enseñé con la mano temblorosa, y se quedaron estupefactos. Uno positivo y otro negativo.
-Bueno... emm... creo... creo que hay un problema... -murmuró Paula, todavía mirándolos de hito en hito.
-¿Y ahora qué? -exclamó Drake-. ¿Y si...?
-¿Y si...? -dije.
-¿Y si vas al médico? Digo yo que quizá... sería mejor, y estaríamos completamente seguros.
-Me parece bien.
Nos levantamos con torpeza, pero decididos.
Es cierto que estaba más asustada que nunca, pero sería capaz.