Ya había pasado dos semanas desde la noche en que Claire y yo... bueno, en que nuestros padres se fueron a cenar. Pero últimamente estaba muy rara. Había días en que se saltaba las clases, y yo iba todas las tardes para cuidarla. Le subía un poco la fiebre, y vomitaba cada vez que probaba bocado. La verdad, eso me preocupaba, pero no parecía demasiado grave.
El martes, fui a su casa para ir al instituto.
Peté. Me abrió ella, pero aunque tenía bastante mala cara, me sonrió, cogió su mochila, cerró la puerta y nos fuimos. Durante el camino, parecía que se tambaleaba, con lo que le cogí de la mano:
-Claire, cielo, ¿estás... bien? -le pregunté con voz preocupada.
-Sí, claro, estoy... muy bien, de verdad. No hace falta que te preocupes tanto, Drake, en serio...
Pero yo no estaba convencido de ello. Al llegar al instituto, saludamos a todos y entramos cada uno en su clase, pero no me podía concentrar en la explicación del profesor. En el recreo, no la vi por ninguna parte. Me fui junto al grupo, pero tampoco estaba allí. Ni Alex. Paula y Mike me miraban interrogantes.
-Drake, ¿te pasa algo? -me preguntó Mike-. Pareces nervioso.
-Sí, emmm... ¿habéis visto a Claire? No la encuentro, y me da que...
-Yo la vi meterse dentro del instituto -contestó Paula, también preocupada-. Iba a acompañarla, pero me dijo que sería mejor que fuera ella sola -se encogió de hombros-. No sé qué le pasa.
De repente, sentí unos toquecitos en el hombro. El grupo y yo nos volvimos, y vimos a mi hermana Sofí y a una amiga suya totalmente ruborizada -quizá por hablar con los "mayores", algo que siempre me pareció ridículo- que me miraban con preocupación y nerviosismo.
-¿Qué pasa, Sofí? ¿Te ocurre algo? -le pregunté.
-¡Sí, Drake, tienes que venir! ¡Rápido! -dijo tirando de mi manga.
-¿Qué pasa?
-¡Es Claire! -dejé de preguntar-. ¡Está muy grave en el baño! ¡No para de vomitar, y dice que le duele la barriga! ¡Incluso empezó a llorar un poco!
El corazón se me aceleró. Dejé al grupo allí, y seguí a mi hermana y a su amiga al baño. Entré y vi una masa de chicas rodeando a la que supuestamente era Claire, mientras decían su nombre. Empecé a empujar a las chicas para que me dejaran paso, y llegué hasta el centro, dónde estaba ella sentada en el frío suelo, con Alex arrodillada a su lado, mientras le frotaba el estómago, y más chicas que también estaban sentadas a su alrededor, mientras le decían que estaba todo bien. Al verme aparecer, Claire se puso nerviosa.
-Drake... no puedes estar aquí... -dijo entre el pequeño barullo que hacían las demás.
-Estuvo vomitando todo el rato -dijo Alex-, y dice que se siente débil.
-¡¡¡Pero de verdad que estoy bien, no hace falta que estéis encima de mí todo el rato!!! -gritó Claire.
Me quedé con la boca abierta. ¡¿Desde cuándo Claire hablaba así?!
Y empezó a llorar. No entendía porqué estaba así, pero la verdad me estaba entrando miedo.
Después de unos minutos, cuando les pedí a las chicas que se fueran menos Alex, Claire se levantó decidida. Insistió en que no quería ir a casa, por lo que fue a clase igualmente. Pero a la hora de comer, fui a recogerla a su clase seguido de Paula, pero no la vimos allí. Desconcertados, ambos nos fuimos al comedor, y cuál fue mi mayor sorpresa al verla atiborrarse de comida. Cogimos nuestra comida y nos sentamos dónde estaba ella. Paula la miraba con la boca abierta, y por qué no decirlo, yo también. Molesta, Claire levantó la cabeza.
-¡¿Qué?! ¡¿Acaso tengo monos en la cara?! No, ¿verdad? ¡¿Entonces por qué os quedáis mirando?! -dijo con la boca medio llena, y siguió comiendo.
Paula me susurró entre dientes sin quitar la vista de Claire:
-¿Será bulímica, o es que simplemente hoy tiene mal día? Drake, ¿sabes qué desayunó para que esté así?
-No lo sé, pero algo muy malo tuvo que tomar. Nunca la había visto así -me dirigí a Claire-. Emmm... cielo, estás bien, ¿verdad?
-Sí, ¿por?
-Bueno, es que me extraña que te atiborres de comida cuando hace una hora aproximadamente vomitaste hasta las entrañas, así que... no sé.
-Estoy bien... de verdad, amor -¿y ahora me llama "amor"?
¿Pero qué le pasa?