jueves, 23 de julio de 2009

No es muy encantador... ¿o si? (por Claire)

Después de una noche sin parar de pensar en ese chico tan... guapo, me levanté, desayuné y me fui al colegio. Mis padres trabajaban temprano, así que ya no estarían para despedirme, con lo que me fastidia eso. Al llegar al colegio le volví a ver al lado de la entrada del colegio, pero con un grupo de chicos de todas las edades. Me dispuse a saludarle, pero pasó de mi, y de todas las chicas que también lo hacían. Ahí me enfadé con él. Después de ayudarme ayer cuando nadie lo hacía, ¡ahora pasa de mi! De repente, alguien tocó mi hombro. Era Alex, y estaba con Carla.
-Vaya... pasa de ti ¿no? Lo sabía. -se le puso cara de enfado.- Maldito creído. ¡Me pone de los nervios!
-¿Y no será que a ti también te gusta? -le espetó Carla mirándola por el rabillo del ojo.
-¿Estás loca? ¡Nunca! ¡Ni harta de...! -Drake miró hacia aquí- ¡Ah! ¿Es-está mirando? -Alex se sonrojó, y yo con ella.
-Vaya par... -murmuró Carla.
-¡¿Qué has dicho?! -gritó la aludida.
-Na-nada... -yo miré otra vez hacia Drake, Drake... Suspiré. Al momento, una niña de 12 años supongo me tiró de la manga,y yo miré hacia ella.
-¡Hola! ¿Tú eres Claire? -me preguntó.
-Oh, eh, si... soy yo. -se puso una mano a la boca y se le iluminó la cara. La miré extrañada.
-¡Qué guay! -Drake, al oír esos gritos, miró otra vez hacia nuestro sitio, y se le puso una cara de horror...- Oh, soy su hermana pequeña, y quería conocerte. -escuché gritos- Oh, me llaman. Perdona, mis amigas me esperan, y mi hermano... me mata. -se le puso una gran sonrisa satisfactoria.- ¡Chao! -y se fue. Carla y Alex me miraron extrañadas.
-Os juro que no la conozco... -les dije.
-Lo sabemos, jeje. Bueno, vamos a entrar ya. -Al final entramos al recinto y cada una se fue a su clase. Me tocaba Lengua, vaya, la profesora Ana no me caía muy bien... Era una profesora que castigaba porque si, según me dijeron. Me senté en el sitio que había escogido ayer y me dispuse a atender. Pero en medio de la clase, alguien me pasó una nota. Ponía: Ana Marrana.
Yo me eché a reír muy bajito, pero lo escuchó la profesora, se acercó a mi y me tendió la mano para que le diera la nota. Yo se la entregué sin decir nada, y ella se puso roja, y todo el mundo se empezó a reír por lo bajo. Acto seguido me indicó con el dedo que saliera fuera de clase, y yo la obedecí. Salí y esperé fuera. Se me empezaban a cansar los pies así que me senté en uno de los bancos del pasillo. Luego, oí ruidos que provenían del baño de chicos. Me asusté un poco por si era un profesor o incluso el director, pero solo era... ¡Drake! ¿Qué hacía fuera? Cuando me miró se paró en seco, vaciló un momento y se sentó a mi lado.
-Vaya, vaya... llegaste ayer ¿y ya te echaron de clase? -y se rió. Yo lo miré enfadada, y él se dió cuenta. -Venga, no te desanimes. Además, tú eres lista, ¿no? Seguro que no te importa perder una clase... -¿me estaba llamando empollona? Me crucé de brazos, me levanté y me apoyé en la pared, todo sin mirarle, cosa que me costó mucho, pero pude con la tentación. Él también se levantó y se quedó a medio metro de mi.
-Ay... perdona, no pensaba que eras tan... así.
-Je, je, pues ya ves que si. Oye, ¿y qué haces tú aquí? -le pregunté.
-Mmm... pues... me aburría la clase y me fui.
-¡¿Cómo?! ¡¿Y te dejaron irte así, por las buenas?!
-No... ¿Quién te crees que soy? Solo le dije que me encontraba mal y que iba a la enfermería...
-¡¿Qué?! ¡Menudo...! -pero no me dejó terminar la frase. Se acercó a mi, apoyó la mano al lado de mi cabeza en la pared y me miró fijamente a los ojos. Ahí, en ese mismo momento, se me salía el corazón por la boca y me puse más roja que un tomate... Tanto, que mis latidos seguramente se escucharían a la otra acera de donde estaba el instituto.
-¿Qué? ¿Maleducado? ¿Malcriado? Je, he escuchado eso tantas veces... y aún así -mi ritmo cardíaco subía por momentos, y eso que creía que no podía latir más fuerte- les sigo gustando a todas. Curioso. -se alejó y volvió a su posición anterior.- Bueno, tendré que volver a mi clase... Chao. -y entró en su clase. Me quedé colgada mientras entraba, pero la profesora me llamó para que entrara. Todo el día transcurrió exactamente igual que ayer, aburrido, menos cuando Drake pasaba por mi lado, que yo más las demás nos quedamos mirándole. Después del colegio, llegué a casa e hice la rutina diaria. Hice los deberes, estudié, cené, me puse a ver un rato la tele y me fui a dormir. Ahora si que estaba completamente segura, estaba completamente enamorada de él...
Al final, me dormí.
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