Era la primera vez que entraba en este instituto y por tanto no estaba acostumbrada y no conocía a nadie. La mayoría de las veces suelo tener bastante valor para todo, pero esta vez no era capaz de hablar con nadie. Tenía miedo. Por si me criticaban o algo por ser nueva. Después de entrar dentro no sabía a dónde ir ni qué hacer. Miré para ver a alguien si me podía ayudar y me fijé en un chico que estaba en su taquilla, o eso creo, con unas cartas destrozadas en la mano, pero ahora no estaba para admirar, así que pasé de él y miré a mi alrededor. Como no encontraba nada volví a mirar al chico, que esta vez tenía su mirada fija en mi, y se sonrojó cuando me di cuenta de que me miraba, pero no la apartaba. Seguramente no encontraría otra persona que me ayudara, así que me dirigí a su lugar. Mientras iba, todas las chicas miraban hacia mi, y yo me ruboricé. Pero me daba la impresión de que no me miraban por ser nueva, sino porque me dirigía hacia ese chico. Me planté delante de él y me ruboricé un poco más, porque no paraba de mirarme y éste era muy guapo. Pero quedándome parada no iba a servir para nada, así que empecé a hablar.
-Emm... Ho-hola... -tartamudeé.
-Hola. -dijo con tono bajo.- ¿Qué quieres?
-M-me g-gustaría que me d-dijeras d-dónde está esta a-aula -¡nooo! ¿Por qué? ¿Por qué tartamudeaba así? Ahora creería que soy imbécil o retrasada. Me aclaré la garganta.
-¿Y por qué te iba a ayudar? -¿como? ¡Será maleducado! Si fue él quien no me quitaba el ojo de encima... -¿Sólo porque eres nueva? Olvídate.
-¡Pe-pero...! ¡Por favor! ¡No conozco a nadie! -le dije suplicando.
-Mmm... Bueh... Vale, pero luego no me molestes más. -y me tendió la mano para que le diera la hoja de horario y se la di temblando, no era capaz de apartar la vista de sus ojos- Ahora te toca matemáticas, es por este pasillo a la derecha. Luego... física y química... está enfrente del aula anterior... Vas a estar en la misma clase que yo. Ya te diré las otras aulas después. Ahora tengo que irme. Adiós. -a continuación cerró su taquilla, cogió su mochila y la puso encima de un hombro, fue hacia el baño de las chicas y tiró las cartas destrozadas al suelo, y por último se fue. Me quedé colgada mirándole mientras de iba. Dos chicas vinieron detrás mía y me empezaron a hablar.
-¿Te gusta eh? -dijo la rubia.
-Eh... ¡No, claro q-que no!
-Ya, claro... -dijo la morena.- Venga, todas las chicas de este instituto están coladitas por él, y no te digo fuera de aquí... Pero a él no le importa, pasa de todas -suspiró- Es un maleducado, no le hagas caso si te dice alguna barbaridad, es así.
-Oh, vaya...
-Bueno, yo soy Alejandra, pero me puedes llamar Alex. Y ésta -dijo señalando a la rubia- es Carla. -me saludó con la mano. Oímos que te tocaba matemáticas, y nosotras también. ¿Quieres venir con nosotras?
-¡Claro! -y nos fuimos para esa clase.