viernes, 18 de febrero de 2011

Capítulo 15

Axel corrió hacia Max, pero se fijó que el pequeño tenía las mejillas sonrosadas y mojadas por las lágrimas. Al verlo, Max le abrazó inmediatamente con toda la fuerza que pudo.
-¡¡Ash!! –sollozó.
-¿Qué te pasa, Max?
-¡Pensé que te había perdido!
-Venga, venga, no llores más, peque. Recuerda que un caballero siempre mantiene la compostura.
El pequeño se pasó la manga de la blusa por los ojos, enjugándolos, y sonrió.
-Vale.
-Tenemos que irnos.
Stella miró a Axel.
-¿Por qué?
-Porque no podemos quedarnos más tiempo, señorita. De todos modos, debería ayudar a sus padres –al ver la mirada confusa que le mandó, suspiró-. Su hermana, señorita Stella, ha desaparecido.
-¡¿Cómo?!
La niña se fijó en sus padres y corrió hacia ellos. Axel cogió en brazos a Max y salió de la sala, que se había convertido en un gran bullicio, ya que la gente se había puesto nerviosa por la noticia.
Por suerte, los policías todavía no habían salido afuera para buscarla, así que al ver al cochero, suspiró aliviado, y sonrió.
-Ya estamos.
-Bien –el hombre asintió.
-Ash –dijo Max mientras Axel abría la puerta-. ¿Está todo el mundo nervioso por la desaparición de la hermana mayor de…?
Cuando subieron, y Axel se sentó y colocó a Max a su lado, el pequeño miró a la persona que estaba delante de él, inconsciente en el sillón, y se calló. El coche empezó a avanzar.
-Ash… esa… esa…
Axel enterró el rostro en las manos, desesperado, pues todo le había salido al revés. Por culpa de esa niña entrometida. Max le miró despacio, con los ojos dilatados de miedo.
-Ash. ¿Por qué la señorita Danielle está aquí? ¿No la están buscando sus papás?
-Max –miró al niño-. No puedes decírselo a nadie. Este es nuestro secreto.
Max no dijo nada. Se limitó a mirar a su hermano. Después de todo, seguía queriéndolo mucho, pero su inocencia no alcanzaba al por qué del secuestro.
-¿Vas… a hacerle daño?
Axel se incorporó con los ojos entrecerrados, apenados, pero llenos de sorpresa.
-Max, sabes que nunca le haría algo así a nadie. Lo único que debemos hacer es mantenerla en casa, porque sabe un secreto que no debería conocer, y nosotros la cuidaremos, ¿vale?
Al menos, pensó Axel, hasta que mantenga la boca bien cerrada ante lo que ha visto.
Pero como sabía que le odiaba, debía mantenerla cerca de él.
-Vale –contestó el niño, y rodeó el brazo de Axel con los suyos, cerrando los ojos-. Confiaré en ti, Ash.

En el cap. 16:

"-Qué ven mis ojos. La bella durmiente se ha despertado por fin."

"-¡¡Ay!! –se quejó.
Axel alzó las cejas y acudió en su ayuda al momento. Pero Danielle retrocedió cojeando y negando con la cabeza.
-Por favor, por favor, no me haga daño. Yo…"