viernes, 4 de febrero de 2011

Capítulo 14

¡Hooooolaa! Sí, hoy me notaréis feliz, ¿verdad? ya sabéis que no suelo poner más de una "a" o una "o" en mis holas, pero bueno.
Quiero pediros una cosa. ¿Sabéis que es un troll? Una persona malvada (cruel) que se mete con la gente y sus obras porque le da la gana. Y últimamente estoy viendo más de estos casos de los que me gustaría...
Bueno, con esto quería deciros que me gustaría que votarais un blog... que por poquito va ganando (por lo menos ahora mientras escribo esto).
http://cazadoradeblogs.blogspot.com/
Hay una encuesta al lado, y me gustaría que votarais a este blog: http://alec-vulturi-and-you.blogspot.com/
Si no os importa, claro está :D ¡Muchas gracias de antemano! <3
Ahí va la historia:


Axel se dirigió hacia el cuarto donde estaba la muchacha. Menudo contratiempo. No se habría imaginado esto ni en un millón de años.
Miró su pequeño reloj de cadena: las doce y cuarto. El coche que pidió ya debería estar afuera esperándole. Cogió a Danielle en brazos, fue hacia la puerta por dónde había ido el jefe de policía para bajar a la sala, y en vez de bajar las escaleras, con cuidado y discreción fue hacia el otro extremo de la balconada, bajó las otras escaleras que estaban justo al lado de la puerta por dónde se salía al exterior, y salió por ella, asegurándose que nadie lo veía. No hubo problemas.
El coche le esperaba efectivamente fuera, con el cochero esperando y los caballos impacientes. Abrió la compuerta, dejó a la chica acostada en el sillón, y luego la cerró. El cochero le miró.
-Señor, ¿podría esperar cinco minutos más? Tengo que recoger a alguien, y ahora vuelvo.
-Bien, pero le costará diez libras más.
-No hay problema.
Axel volvió a entrar en la gran casa, pasando el corredor principal hasta llegar a la sala, y en el interior, buscó con la mirada a Max. Lo encontró con la niña rubita, jugando a algo. Fue hacia él, pero el señor Jackson y el señor Gilbert, el padre de Danielle, le taparon el paso.
-¡Oh, señor Alexander! Espero que se lo esté pasando bien…
-¿Uh? Oh, sí. Claro que sí, señor Jackson. Pero…
-¡Dentro de poco servirán la comida de verdad!
-Sí, ya, pero…
La madre de la joven corrió hacia su marido asustada.
-Cariño, no encuentro a Danielle por ninguna parte.
El hombre apretó la mandíbula.
-¿Cómo que no la encuentras? Estará bailando con algún mozo de…
-¡No, no está! La busqué por todas partes, ¡pero no la encuentro! –empezó a sollozar.
El señor Jackson llamó al jefe de policía.
-Jefe, quiero que mande a sus policías a buscar por los alrededores a la hija mayor de los señores Gilbert.
-¿Danielle ha desaparecido?
Axel empezó a sudar notablemente.
-¡Sí, no la encontramos! ¡Venga, corra!
-¡Ahora mismo!
Fue hacia los policías, y les empezó a hacer señas que los hombres interpretaron inmediatamente.
Tenía que salir de ahí cuanto antes.