*Un aviso. El vampire's black heart, si habéis intentado entrar, no os habrá ido, supongo. Le cambié el nombre, ahora mismo lo pongo aquí, y siento no haber avisado antes u.u'':
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¡Gracias! ^^
Nos escaparíamos esta noche. ¿El porqué tan pronto? Fácil. Los padres de Claire quieren llevarla mañana mismo a abortar, aunque la verdad no sé cómo lo van a hacer sin pedir cita, pero lo arreglarían: siempre se salen con la suya. Por eso debíamos irnos ya.
Después de volver a escalar la tubería -con muchísima dificultad- y entrar por mi ventana otra vez en un tiempo récord, cogí una mochila cualquiera de mi armario, cogí cosas necesarias, me puse una chaqueta y salí al pasillo. Primero fui a la habitación de mis padres, que dormían pausadamente, y luego a la de Sofí. No la vería en mucho tiempo, y eso me dolía bastante, así que me acerqué a su cama y la vi dormir, mientras le acariciaba el pelo. La había visto crecer, todavía recordaba cuando era una niña rubita con unos ojos azules y enormes, y ahora... ahora se había convertido en una adolescente muy guapa. La echaría mucho de menos. Me incliné y le besé la mejilla, y después me volví hacia la puerta. Al bajar las escaleras, y encaminarme a la puerta, cogí las llaves del coche de mi padre y salí. Al entrar, respiré hondo y apoyé la cabeza en el respaldo del sillón.
-Estoy completamente loco... -murmuré.
Negué con la cabeza, miré mi casa por última vez y arranqué. Llegué a casa de Claire enseguida, que estaba esperando delante de su casa. Se subió al coche y me miró.
-¿Estás seguro de que...? -preguntó.
-Sí, tranquila. Y la verdad será un viaje bastante largo.
-Todavía no me has dicho dónde vive tu tía.
Arranqué el coche, y mientras miraba la carretera, le hablaba.
-Emmm... ¿de verdad que quieres saberlo? ¿No sería más emocionante que fuera una sorpresa?
Se cruzó de brazos, frunciendo el ceño.
-Vale, interpreto ese gesto como un simple "no". Bien... emm... en... Alaska...
Se quedó de piedra. Y durante unos segundos interminables se me quedó mirando como si estuviera mal de la cabeza.
-Alaska. ¡¿Alaska?! ¡¿Pero por qué no me avisaste antes?! ¡Drake, está muy lejos! ¡Tardaremos por lo menos cinco días en llegar!
-Tranquila, vamos perfectamente equipados.
Suspiró, y miró por la ventana. Luego se acarició el vientre cariñosamente. Sonreí.
-No le pasará nada, te lo prometo -le dije, y ella volvió la cabeza hacia mí-. No sé cómo pudimos acabar así, pero ya verás.
-¿Y qué haremos si al final nuestros padres nos encuentran?
Me quedé pensativo y la miré un momento. La luz de la luna nos bañaba a ambos a través de su ventana, y no supe qué decir.
-No lo sé. Si quieras que te diga la verdad, no lo sé. Sé tanto como tú, pero... no lo harán.
Íbamos pasando por el gran puente de Brooklyn, y como era de noche, todas las luces de la ciudad de Nueva York se veían preciosas. Sin duda un gran regalo para la vista. Claire se quedó mirándolas.
-Vaya, realmente es muy bonito... -murmuró.
-Sí, en verdad sí.
Salimos del puente y la ciudad se fue alejando poco a poco. Aquí empezaría nuetro viaje...