Danielle terminaba de prepararse y ya bajaba las escaleras con sus cosas. Stella saltaba contenta.
-¡Voy a hacer muchas cosas! A lo mejor hasta conozco a un príncipe muy, muy guapo, que se quiere casar conmigo y…
-Lo que tú digas, Stella –rio Danielle.
La niña puso los ojos en blanco, y fueron a colocar todo en el carruaje, pues los llevarían hasta el puerto.
Cuando ya estaba todo colocado y bien puesto, subieron al carruaje junto con sus padres, y éste empezó a avanzar.
Pero entonces Ethan apareció corriendo, completamente rojo y sudando.
-¡Danielle! ¡Espera, Danielle!
La muchacha, al escucharlo tan alarmado, pidió que el coche frenara. Al hacerlo, se bajó de él y fue hacia Ethan. Éste respiró hondo.
-Danielle… Axel…
Al escuchar su nombre, le dio un vuelco el corazón.
-¿Qué le pasa a Axel? –le preguntó ella preocupada.
-Él…
-¡¡Ethan, dime qué pasa!! ¡Me estás preocupando! ¡¿Le pasa algo?!
-Lo… ¡Lo van a matar!
Una sensación de desasosiego, de que iba a caerse desmayada en cualquier momento, se apoderó de ella.
-Que lo van a ¡¿qué?!
-¡Saben que él es el ladrón de Londres!
-¡¿Cómo?! No, no, ¡no!
Miró desesperada a sus padres.
-Hija, vamos a perder el barco.
-Papá, ir vosotros. Yo me quedaré aquí.
-¿Y dejarte sola? No.
-¡¡Papá, es muy urgente!! ¡Por favor, sé cuidarme sola! ¡Por favor, id! ¡Yo estaré bien! ¡Soy casi adulta!
-Pero…
-¡Por favor!
Sus padres se miraron entre ellos.
-¿Estarás bien?
-¡Muy bien, de verdad!
-Está bien, hija, pero porque sabemos que eres una chica resp…
Pero no le dejó terminar, pues Danielle y Ethan habían salido escopeteados hacia el metro.
miércoles, 30 de noviembre de 2011
viernes, 11 de noviembre de 2011
Capítulo 46
*11/11/11!!!! :3
-Nos vamos de viaje, ¿qué te parece?
El padre de Danielle sonreía radiante.
-¿De viaje?
Danielle levantó la vista de las notas que escribía, y dejó la pluma en el tintero.
-¿Cómo?
-Sí. Le haremos una visita a España. ¿Qué te parece?
-¿A España? Bueno… Supongo que está bien. ¿Cuándo nos vamos?
-Mañana por la tarde. Así que ve preparando todo.
-Muy bien.
El hombre sonrió contento y salió de la habitación, cerrando la puerta. Danielle se levantó de su escritorio, y empezó a hacer la maleta.
Axel, con las esposas puestas, fue llevado por el detective y sus hombres a una casa. Cuando Julian petó en la puerta, ésta se abrió. El jefe de policía apareció por ella.
-Dios mío, ¿lo habéis…?
-Jefe, no se altere. Ya lo tenemos.
-Sigo pensando que él es inocente.
-¡¿Pero es que no lo ve?! –gritó Julian molesto-. ¡En todas las casas dónde se cometió un robo, él estaba siempre ahí, justo en la misma noche que pasaba! No me dirá que eso es una enorme casualidad, ¿verdad?
-Puede ser…
El jefe miraba a Axel, pues éste tenía la mirada perdida, hacia el suelo, y Ethan se asomó por detrás de su padre. Julian sonrió.
-¡Anda, mira quién está aquí! Nuestro ayudante favorito, ¿eh Ethan?
Axel levantó la cabeza, mirando al muchacho.
-¿Qué…? –Consiguió decir, y frunció el ceño-. ¿Has sido tú? ¿Tú me has acusado de robo?
Y él pensando que había sido Danielle…
-Bueno, yo… -Ethan lo miraba horrorizado-. No pensaba que… yo…
-Bien, pues ya está todo –Julian se despidió-. Ya veremos qué hacer con él. Primero tenemos que conseguir que confiese.
-Julian, no te pases… -el jefe lo miraba con preocupación.
-Claro que no.
Sonrió con malicia, y se fueron.
Pero al siguiente día, cuando ya era casi por la tarde, Ethan decidió ir corriendo a casa de Danielle.
-Nos vamos de viaje, ¿qué te parece?
El padre de Danielle sonreía radiante.
-¿De viaje?
Danielle levantó la vista de las notas que escribía, y dejó la pluma en el tintero.
-¿Cómo?
-Sí. Le haremos una visita a España. ¿Qué te parece?
-¿A España? Bueno… Supongo que está bien. ¿Cuándo nos vamos?
-Mañana por la tarde. Así que ve preparando todo.
-Muy bien.
El hombre sonrió contento y salió de la habitación, cerrando la puerta. Danielle se levantó de su escritorio, y empezó a hacer la maleta.
Axel, con las esposas puestas, fue llevado por el detective y sus hombres a una casa. Cuando Julian petó en la puerta, ésta se abrió. El jefe de policía apareció por ella.
-Dios mío, ¿lo habéis…?
-Jefe, no se altere. Ya lo tenemos.
-Sigo pensando que él es inocente.
-¡¿Pero es que no lo ve?! –gritó Julian molesto-. ¡En todas las casas dónde se cometió un robo, él estaba siempre ahí, justo en la misma noche que pasaba! No me dirá que eso es una enorme casualidad, ¿verdad?
-Puede ser…
El jefe miraba a Axel, pues éste tenía la mirada perdida, hacia el suelo, y Ethan se asomó por detrás de su padre. Julian sonrió.
-¡Anda, mira quién está aquí! Nuestro ayudante favorito, ¿eh Ethan?
Axel levantó la cabeza, mirando al muchacho.
-¿Qué…? –Consiguió decir, y frunció el ceño-. ¿Has sido tú? ¿Tú me has acusado de robo?
Y él pensando que había sido Danielle…
-Bueno, yo… -Ethan lo miraba horrorizado-. No pensaba que… yo…
-Bien, pues ya está todo –Julian se despidió-. Ya veremos qué hacer con él. Primero tenemos que conseguir que confiese.
-Julian, no te pases… -el jefe lo miraba con preocupación.
-Claro que no.
Sonrió con malicia, y se fueron.
Pero al siguiente día, cuando ya era casi por la tarde, Ethan decidió ir corriendo a casa de Danielle.
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